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Misandria

lunaruby23 de Septiembre de 2013

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LORENA BOBBIT: “LLEVABA EN MI MANO EL PENE DE MI MARIDO… Y LO TIRÉ”

Cuando se cumplen 20 años del caso de castración que atemorizó a los hombres y revolucionó a las mujeres, repasamos los elementos de la tragicomedia de John y Lorena Bobbitt, dos nombres que han pasado a formar parte de la cultura popular de los noventa.

La noche del 23 de junio de 1993 una mujer llamada Lorena Gallo hizo realidad la pesadilla paradigmática de cualquier hombre. Se levantó en medio de la noche, se dirigió a la cocina, se hizo con un cuchillo de carnicero y castró a su marido mientras este dormía.

Él no era cualquier marido. Era un marine del ejército de los Estados Unidos llamado John Wayne Bobbitt. "El corte que sintió el mundo entero", tituló la revista People en su portada a la semana siguiente. Desde luego, cortar el pene de un trabajador de la patria que tenía el mismo nombre que el mayor héroe de la pantalla americana y símbolo de sus sueños expansionistas fue algo que, al menos, sintieron los heterosexuales estadounidenses, desde ese momento conscientes de que tal vez no podrían volver a dormir tranquilos.

Desde el primer minuto aquel corte pasó a formar parte del imaginario pop en todas sus vertientes. Apenas meses después del suceso, tanto Lorena como John ya tenían representante artístico y mánager. Lorena se convirtió en una amenaza para los hombres, pero en una justiciera para las mujeres. Y no solo dio para un torrente de chistes en los programas de noche de EEUU, sino que el chiste se volvió global. El dúo cómico Los Morancos, muy lejos en forma y contenido de cualquier otra cosa que pudiese ocurrir en el Noreste de los Estados Unidos, dedicaban sketches a los Bobbitt en la televisión pública española. La palabra Bobbitt se hizo un hueco en los diccionarios de slang inglés como verbo (para definir el acto de castrar a un marido) y sustantivo (para definir al hombre castrado). Y hasta hace unos meses el New Museum de Nueva York incluía el juicio de los Bobbit en una retrospectiva sobre el Nueva York de los noventa.

El caso Bobbit consiguió, además, algo que en su día pasó desapercibido pero tuvo una enorme relevancia con el tiempo: cambió el idioma de los medios de comunicación mundiales. Las intensivas descripciones del miembro de John durante el juicio (televisado por dos cadenas generalistas en Estados Unidos y seguido por la prensa de todo el mundo) hicieron que se revisasen los libros de estilo de periódicos, televisiones y estaciones de radio para modernizar los términos en los que se podía hablar acerca de la anatomía masculina. En Estados Unidos, por ejemplo, la palabra 'penis' apareció por primera vez en los periódicos tras el caso Bobbit. Si hoy podemos escribir pene en estas líneas agradezcámoselo a Lorena Bobbitt.

Primer acto: Lorena Gallo

"En cierto sentido, Lorena Bobbitt ha cometido el acto revolucionario definitivo del feminismo moderno", afirmó la feminista Camille Paglia en un programa de la BBC meses después de que la mujer que castró a su marido se convirtiese en la gran justiciera femenina de los noventa. Lorena Gallo nació en 1970 en Ecuador, pero su familia se mudó pronto a Caracas (Venezuela). En 1986 su familia emigró a Estados Unidos. Aguantaron poco allí y decidieron regresar, pero para entonces la inocente Lorena ya había conocido y enamorado de alguien y había decidido quedarse. Él era John Wayne Bobbitt, un marine robusto, rubio y de arrebatadores ojos verdes con el que se casó muy poco después, el 18 de junio de 1989 y con el que se mudó a una casa en Manassas (Virginia).

Lorena describió durante una entrevista concedida en 1993 a Vanity Fair cómo desde el principio el matrimonio se vio afectado por la adicción al alcohol de John. Según ella, era infiel y violento. En una ocasión en

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