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Neoliberalismo


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2012  •  5.378 Palabras (22 Páginas)  •  336 Visitas

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n la primera parte de este artículo se analiza la evolución del pensamiento liberal, donde lo filosófico se entrelaza con lo económico, en su más que centenaria disputa con la otra corriente del pensamiento político: el socialismo. En la segunda parte se analizan los puntos de vista de algunos destacados intelectuales latinoamericanos que han interpretado y defendido los principios filosóficos del neoliberalismo, así como los resultados prácticos de la aplicación de esta doctrina en América Latina, comenzando por la experiencia chilena de 1973, hasta su generalización en el marco del llamado Consenso de Washington, con un breve balance de su impacto económico en algunos países seleccionados. Se concluye destacando como los intelectuales neoliberales, en defensa de la doctrina y contra toda ética, aceptaron y justificaron la liquidación de buena parte del patrimonio público al sector privado, sin una adecuada contrapartida en términos de bienestar para la población.

Introducción

Podría parecer un lugar común afirmar que el liberalismo se encuentra íntimamente relacionado con la política. Sin embargo, esto que parece obvio, encierra ideas o conceptos mucho más profundos puesto que la “política”, vista como “teoría” o como “ciencia”, se cruza siempre con puntos de vista éticos o doctrinales.2 De hecho, prácticamente todos los seres humanos - incluyendo los economistas y los cientistas sociales o políticos - tienen una visión “de parte” por lo que no siempre es fácil distinguir en una argumentación, los aspectos estrictamente “científicos” y “teóricos” de los puntos de vista personales. Estos conceptos están estrechamente relacionados con los juicios de valor sobre la manera como debe funcionar la economía y la sociedad, y en particular en el “debate entre más o menos estado”, que tiene siempre connotaciones doctrinales más que científicas, porque deriva de concepciones filosóficas.

Sobre esto es útil referirse a Isaiah Berlin (1980), por su importancia como pensador y filósofo liberal, quién en un famoso artículo publicado en 1980,3 se interroga sobre la teoría política, cuando analiza la evolución del pensamiento humano a partir del enorme recipiente de ideas que ha sido y es la filosofía. Sostiene que existen tres grandes grupos de disciplinas científicas. Mientras dos de ellas permiten obtener respuestas claras, ya sea a partir de la observación empírica (las ciencias naturales por ejemplo), o mediante reglas o axiomas formales, de los cuales se deducen o calculan los resultados (el caso de las matemáticas), el tercer grupo no consigue resultados definitivos y exactos “ni [mediante] la inducción (en el sentido amplio del razonamiento científico), ni [por] la observación directa (apropiada para las cuestiones empíricas), [o por] la deducción (requerida por los problemas formales)”. Es el campo de las ciencias humanas o sociales como la sociología, la economía y la política, para las cuales no existen respuestas únicas porque están condicionadas a un sistema de valores que subyacen o anteceden al juicio científico o teórico. Se trata de argumentos que implican juicios de valor como la ética y la metafísica, las cuales no han salido aun del ámbito de la filosofía, por tratar de las relaciones entre los hombres, sus escalas de valores y sus formas de vida. El punto clave es, por lo tanto, la frontera entre lo que es la filosofía - política en este caso - y la ciencia. Las concepciones políticas en la sola perspectiva de las ciencias sociales como la antropología, la sociología o la psicología dan respuestas insuficientes, ya que implican aspectos que no pueden ser interpretados a través de métodos empíricos, porque están relacionados o dependen de los modelos y los paradigmas por los cuales pensamos, decidimos, percibimos y juzgamos. La sociedad, la libertad, el sentido del tiempo y del cambio, el sufrimiento, la felicidad, la productividad, lo bueno o lo malo, lo correcto y lo incorrecto, las preferencias, el esfuerzo, la verdad, la interpretación, son todos conceptos que no son el resultado de un análisis inductivo o hipotético, sino claramente juicios de valor que en fin de cuentas, determinan el rumbo de las ciencias sociales y de la política.

Así como las bases conceptuales del liberalismo son filosóficas, lo son también las del marxismo. La argumentación generalmente aceptada de que el socialismo nace como oposición al liberalismo, tiene en realidad, raíces más profundas y deriva de una concepción ideológica que opone al hombre como individuo, frente al hombre como ser gregario (social). Ambas concepciones metafísicas llevan, en su aplicación practica, a introducirse en los mecanismos de la política, asociados a los esquemas económicos específicos que cada doctrina sustenta. Es por esto que hablar de liberalismo o de socialismo conlleva necesariamente, a hablar de la economía a través de la política. Siendo ésta la ciencia (o el arte) del poder y de cómo mantenerse en él, no tendría sentido estudiarla sin considerar los elementos económicos, aunque solo sea en la perspectiva de financiar el costo de conservarlo. Y sin embargo se observa, en general, al menos en los aspectos formales, una aparente dicotomía entre la teoría (o ciencia) política y la economía,4 puesto que los economistas - liberales y también los marxistas - tienden a tratar ambas como si se tratara de temas que siguen un binario separado y no relacionado. La economía política como amalgama de ambas, debe considerar el modelo político (monarquía autoritaria, dictadura, democracia, etc.) en el cual se pueden (o no se pueden) aplicar los modelos económicos, tanto más cuando algunos de estos, en sus formas más ortodoxas, solo pueden darse en condiciones políticas especiales.5

Se trata en resumen de elucubrar sobre el hilo conductor que nos lleva de la filosofía política (que incluye las grandes cuestiones éticas o metafísicas con respuestas no unívocas), a la ciencia política (como gran contenedor científico donde se plasman las ideas filosóficas y empíricas), para pasar a la o las teorías políticas (que serían los modelos por los cuales se busca interpretar el comportamiento “político” de los individuos o del grupo), para llegar a la ciencia económica pura, mediante la economía política, que interpreta o aplica de manera doctrinal las hipótesis (o teorías) económicas.

En ese marco este artículo analiza en primer lugar, la evolución del pensamiento liberal, donde lo filosófico se entrelaza con lo económico en su más que centenaria disputa con la otra corriente del pensamiento político: el socialismo. En la segunda parte se analizan los puntos de vista de algunos destacados intelectuales latinoamericanos

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