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OTRAS DEFINICIONES


Enviado por   •  9 de Octubre de 2013  •  Tesis  •  1.811 Palabras (8 Páginas)  •  218 Visitas

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INTRODUCCION

En primer lugar quiero decirles que se ha elegido este tema por su gran alcance, si bien se sabe que el duelo es un proceso penoso que sigue después de una pérdida significativa, muchas veces cuando se habla de duelo se relaciona automáticamente al luto.

Por lo tanto, aquí iremos desarrollando todo lo que esté relacionado con el duelo, ya que no todas las personas lo viven de la misma manera, también se desarrollara las etapas del duelo, los factores que influyen en su reacción y en distintas edades.

Por último se describirá el duelo en la Enfermería, como pueden ayudar a los familiares del paciente a afrontar el duelo, y como lo deben sobrellevar para no ser afectadas.

DEFINICION

El duelo es el proceso de adaptación emocional que sigue a cualquier pérdida (pérdida de un empleo, pérdida de un ser querido, pérdida de una relación, etc.).

OTRAS DEFINICIONES

El duelo es la pérdida de una persona, animal, objeto o evento significativo. Se trata de una reacción principalmente emocional y comportamental en forma de sufrimiento y aflicción, cuando el vínculo afectivo se rompe.

Duelo es el nombre del proceso psicológico, pero hay que tener en cuenta que este proceso no se limita a tener componentes emocionales, sino que también los hay fisiológicos y sociales. La intensidad y la duración de este proceso y de sus correlatos serán proporcionales a la dimensión y al significado de la pérdida. Sigmund Freud definió el duelo como “la reacción frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción equivalente”.

En el duelo, el sujeto ha experimentado una pérdida real del objeto, y en el proceso, que se prolonga un tiempo necesario para la elaboración de esta pérdida, éste pierde el interés por el mundo exterior, sustrayendo la libido de todo objeto que no remita al objeto perdido.

EL DUELO ANTE LA MUERTE

El duelo es la reacción normal después de la muerte de un ser querido.

Supone un proceso más o menos largo y doloroso de adaptación a la nueva situación.

Elaborar el duelo significa ponerse en contacto con el vacío que ha dejado la pérdida, valorar su importancia y soportar el sufrimiento y la frustración que comporta.

La intensidad y duración del duelo depende de muchos factores:

_Tipo de muerte (esperada o repentina, apacible o violenta.),

_ De la intensidad de la unión con el fallecido,

_ De las características de la relación con la persona perdida (dependencia, conflictos, ambivalencia...),

_ De la edad.

_ Aspecto del cadáver.

_grado de dependencia.

_sexo del superviviente.

_soporte social, redes sociales.

_Ideas religiosas o filosóficas o espirituales.

_Presencia o no de otras experiencias de duelo.

La duración del duelo por la muerte de una persona muy querida puede durar entre 1 y 3 años.

Duelo resuelto: Podemos decir que hemos completado un duelo cuando somos capaces de recordar al fallecido sin sentir dolor, cuando hemos aprendido a vivir sin él o ella, cuando hemos dejado de vivir en el pasado y podemos invertir de nuevo toda nuestra energía en la vida y en los vivos.

No existe un tiempo fijo para vivir el duelo. Cada cual necesitará su tiempo. Y sólo nosotros podemos marcar el tiempo que necesita nuestro ser para poder considerarse recuperado. Todo ello a pesar, de que muchas veces nuestros familiares y amigos, nos apremian, quisieran vernos en la normalidad ¡ya!, tal vez porque así ellos tampoco sufrirán tanto... Pero sólo cada uno de nosotros sabe lo que necesita.

Integrar el duelo es todo un proceso que tiene como intención reconocer el dolor que nos produce la pérdida. Aceptar que nos duele, aceptar las ausencias, aceptar que ha muerto, manifestar el dolor e iniciar el camino de regreso a la realidad y a nuestro propio orden de las cosas. Reacomodar todos aquellos asuntos que quedaron dispersos, resolver pendientes, retomar arraigo, llenando nuevamente los espacios. Recordando lo vivido con esa persona, recordarlo dentro de nuestra existencia tal como fue mientras vivía, aceptando que ha muerto. Nos queda el tenerlo presente, en nuestro corazón, no lo que fue, sino lo que nos hizo ser, hijo, hermana, padre, esposo, amiga…

La elaboración del duelo

Por elaboración del duelo se entiende el transcurso del proceso desde que la pérdida se produce hasta que se supera. Esta elaboración puede comenzar antes de la pérdida, en el caso de que ésta se pueda prever con cierta antelación.

Manifestaciones externas de duelo

La manifestación externa del duelo es el luto, que es su expresión más o menos formalizada y cultural. El duelo psicológico tiene en el luto su correlato más social.

El duelo también se puede exteriorizar con llantos, rabia, ataques violentos y un buen número de reacciones, todas ellas consideradas "normales" en esos momentos. Hay que tener en cuenta que los especialistas reconocen que para una buena elaboración y superación del duelo no es aconsejable querer huir de esas sensaciones de dolor, pues no se pueden enfrentar si no se sienten. Lo contrario es la negación de la pérdida, lo que llevaría a comportamientos desadaptativos.

Las etapas del duelo

1) Negación y aislamiento: la negación nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante; permite recobrarse. Es una defensa provisoria y pronto será sustituida por una aceptación parcial: "no podemos mirar al sol todo el tiempo".

2) Ira: la negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los por qué. Es una fase difícil de afrontar para los padres y todos los que los rodean; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, aún injustamente. Suelen quejarse por todo; todo les viene mal y es criticable. Luego pueden responder con dolor y lágrimas, culpa o vergüenza. La familia y quienes los rodean no deben tomar esta ira como algo personal para no reaccionar en consecuencia con más ira, lo que fomentará la conducta hostil del doliente.

3) Pacto o negociación: ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, mas el enojo con la gente y con Dios, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar superar la traumática vivencia.

4) Depresión: cuando no se puede seguir negando la persona se debilita, adelgaza, aparecen otros síntomas y se verá invadida por una profunda tristeza. Es un estado, en general, temporario y preparatorio para la aceptación de la realidad en el que es contraproducente intentar animar al doliente y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo: esto es, a menudo, una expresión de las propias necesidades, que son ajenas al doliente. Esto significaría que no debería pensar en su duelo y sería absurdo decirle que no esté triste. Si se le permite expresar su dolor, le será más fácil la aceptación final y estará agradecido de que se lo acepte sin decirle constantemente que no esté triste. Es una etapa en la que se necesita mucha comunicación verbal, se tiene mucho para compartir. Tal vez se transmite más acariciando la mano o simplemente permaneciendo en silencio a su lado. Son momentos en los que la excesiva intervención de los que lo rodean para animarlo, le dificultarán su proceso de duelo. Una de las cosas que causan mayor turbación en los padres es la discrepancia entre sus deseos y disposición y lo que esperan de ellos quienes los rodean.

5) Aceptación: quien ha pasado por las etapas anteriores en las que pudo expresar sus sentimientos -su envidia por los que no sufren este dolor, la ira, la bronca por la pérdida del hijo y la depresión- contemplará el próximo devenir con más tranquilidad. No hay que confundirse y creer que la aceptación es una etapa feliz: en un principio está casi desprovista de sentimientos. Comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio dolor... la vida se va imponiendo.

Esperanza: es la que sostiene y da fortaleza al pensar que se puede estar mejor y se puede promover el deseo de que todo este dolor tenga algún sentido; permite poder sentir que la vida aún espera algo importante y trascendente de cada uno. Buscar y encontrar una misión que cumplir es un gran estímulo que alimenta la esperanza.

Credo de la familia en duelo

1) La elaboración del duelo empieza por casa. Y si no se hace bien hace mucho mal. El duelo es muy comunitario.

2) El duelo es intransferible. Nadie puede el duelo por uno. No hacerlo por separado. Elaborarlo en familia. Evitar sentirse fuera del proceso del duelo de la pareja.

3) Procurar no comparar el sufrimiento: "Claro yo lo tuve 9 meses...". Que nadie sienta que el amor por el muerto no es valorado en su justa medida.

4) No hacerse el fuerte o parecer fuerte para apoyar a los otros. "Porque si yo aflojo...". Permitirse aflojar es fortaleza.

5) Tomarse tiempo y lugares propios para el desahogo. Vivir las fechas clave en familia, con serenidad, sin evadirlas.

6) No hacer un tema tabú la muerte de un ser querido.

7) No cambiar los roles. Hay que hacer el duelo, pero no dejar de ser padres. Que los hijos no sean superprotejidos. Dialogar mucho padres e hijos.

8) Saber pedir ayuda. Hay grupos de mutua ayuda en duelo...

9) Proteger la vida afectiva y sexual del matrimonio. Evitar la disolución del vínculo. Trabajar juntos posibles sentimientos de culpa.

10) Permitir opinar o actuar sin que nadie se moleste.

11) Acudir a la fe en Dios, en la resurrección y a los vínculos de contención con la Iglesia.

12) Vivir no sobrevivir. Vivir por uno mismo, no por los hijos... El mejor regalo a quien se murió: ser felices.

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