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Pedagogia


Enviado por   •  2 de Octubre de 2013  •  1.991 Palabras (8 Páginas)  •  242 Visitas

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Los antecedentes históricos del concepto histeria se remontan a los egipcios de Kahun con la afectación del útero y la creencia de Hipócrates de que se trataba de un trastorno que solo afectaba al sexo femenino; Galeno describe síntomas histéricos en el hombre ligados a la abstinencia sexual. Durante la Edad Media, la histeria se convirtió en una señal de posesión demoniaca para la cual los pacientes precisaban exorcismos.

En el siglo XVII el trastorno se ligó a procesos mentales con síntomas físicos y en el XVIII se le consideró una afección del sistema nervioso.

En el siglo XVIIII se relacionaba con exceso de emociones, se hablaba por primera vez de ganancias secundarias y se diferenció de la hipocondría.

Más tarde en el siglo XX, Se consideró a la disociación como la base del trastorno. Freud y Breuer son los autores clave en el cambio fundamental sobre el conocimiento de la histeria, por un lado Freud describió la ganancia primaria como el proceso en que los síntomas tiene un carácter simbólico que sirven para resolver conflictos inconscientes y a la ganancia secundaria como los beneficios obtenidos por el paciente gracias a su enfermedad.

La histeria, como otras neurosis aparecería por una búsqueda inconsciente del rol de enfermo.

ASPECTOS GENERALES DE LA HISTERIA

Histeria: Clase de neurosis que manifiesta cuadros clínicos muy diferenciados entre sí, caracterizados por síntomas físicos sin base orgánica e identificables por comportamiento que sugieren que los síntomas desarrollan funciones psicológicas que el psicoanálisis, la psiquiatría y la fenomenología con sus respectivos lenguajes han tratado de demostrar.

Fueron justamente los estudios sobre histeria los que convencieron a Freud de la insuficiencia de la hipnosis, que practicaba Breuer en el tratamiento de la misma, porque aquella esconde, en lugar de evidenciar, las resistencias psíquicas. A partir de esta constatación Freud elaboró el método de la asociación libre que le permitió identificar el origen de la histeria en una falta de abreacción de cargas afectivas vinculadas al recuerdo del acontecimiento traumático. Así, ya evidenciada la histeria de defensa que ejerce el sujeto contra representaciones capaces de provocar afectos desagradables, Freud identificó una histeria de retención, debida a la malograda abreacción que algunos afectos y una histeria hipnoide que se origina en los estados hipnoides. Después eliminó esta tripartición, al madurar la convicción de que el conflicto defensivo contra determinadas pulsiones sexuales y representaciones que pueden provocar afectos desagradables está en la base de la histeria y de todas las demás neurosis. Por último, reuniendo una casuística de las experiencias infantiles de seducción paterna que nuca se dieron en la realidad, si no solo en lo imaginario, Freud clasifico la histeria entre las neurosis de transferencia, con su punto de fijación en la fase Edípica y con la represión y la disociación como mecanismos de defensa característicos.

Entre las formas de histeria que mejor formuló Freud en el plano asintomatológico recordamos:

a) Histeria de angustia, cuyo síntoma central es la fobia y cuyo origen Freud describe así: “la libido desprendida del material patógeno en virtud de la represión no es convertida, no es aplicada, saliendo de lo anímico, en una inervación corporal, sino que se libera como angustia”. La formación de los síntomas fóbicos se originan en un “trabajo psíquico” que es incesante desde el comienzo de ella, para volver a ligar psíquicamente la angustia liberada”. El objeto al que se une se vuelve objeto fóbico.

b) Histeria de conversión que se genera por efecto de la inervación somática de un contenido psíquico reprimiendo, eligiendo un órgano en lugar de otro en función de un símbolo inconsciente como la ceguera por el rechazo a ver la parálisis por el rechazo a cambiar.

c) Histeria de defensa contra representaciones capacidades de provocar afectos desagradables. En la investigación etiológica esta es la causa que prefiere Freud por encima del “estado hipnoide” que sostiene Breuer.

d) Histeria hipnoide, que tendría su origen en los estados hiponeides durante los cuales el sujeto no es capaz de integrar en su propia experiencia vivencial representaciones que aparecen en tales estados.

e) Histeria de retención, caracterizada por el hecho de que algunos afectos no se pudieron abreaccionar por la naturaleza del trauma, que choca contra las condiciones sociales o contra una defensa del sujeto mismo.

f) Histeria traumática, que Charcot introdujo para explicar los síntomas somáticos en especial las parálisis, después de traumas físicos. Al tomarla en consideración Freud aclara que “la analogía patógena entre la histeria y la neurosis traumática y justificar una extensión del concepto de histeria traumática”. En el caso de la neurosis traumática, la causa eficiente de la enfermedad no es la ínfima lesión corporal; lo es, en cambio el afecto de horror, el trauma psíquico.

En el ámbito fenomenológico la histeria se describe como la condición de quien solo puede vivir exponiéndose a la atención de los demás en esa especie de presencia “enajenada” que solo los demás tienen el poder de volver presente. Es una presencia que se declina en la dirección del ese estpercipi, donde el ser percibido, el ser visto, el ser escuchado es condición indispensable para poder ser en general. A cada exhibición sigue la inhibición en todo encuentro auténtico, porque el otro no es un tratado como “tu”, sino solo como un “medio” para poder existir. La presencia histérica nunca está en lo que el sujeto está haciendo y su comunicación se resuelve en la impresión y en la sugestión, que no dejan libre al otro para aceptar o rechazar el mensaje, porque estos dos elementos actúan en la impresión y en la sugestión, que no dejan libre al otro para aceptar o rechazar el mensaje, porque estos dos elementos actúan en el otro produciendo una reacción correspondiente a la expectativa del histérico. En efecto, sus síntomas, escribe T.S. Szas, son “acontecimientos que hablan por sí solos” en términos más claros que recurriendo a la palabra que, en determinadas circunstancias, no sería oída y tal vez ni siquiera pronunciada. De ahí la comunicación indirecta típica del histérico, hecha de insinuaciones y alucinaciones, que permite esos contactos comunicativos a sujetos que temen, en la comunicación directa, exponer demasiado su lado débil o sus condiciones de necesidad.

Típica

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