ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Pedagogía


Enviado por   •  29 de Julio de 2014  •  1.578 Palabras (7 Páginas)  •  175 Visitas

Página 1 de 7

“Somos la memoria que tenemos y la responsabilidad que asumimos. Sin memoria no existimos y sin responsabilidad quizá no merezcamos existir.” José Saramago (1922 – 2010).

El ser humano a través de los años simplificó la configuración de su existencia a un hecho meramente biológico; los enunciados “nacer”, “crecer”, “reproducirse y “morir”, no son más que un imperativo categórico que interviene nuestra conducta de manera negativa con la intención de promover fenómenos políticos, económicos, sociales y culturales relacionados de manera íntima con la globalización y el consumismo, los cuales arremeten con inclemencia en una sociedad ciega que se desenvuelve en un mundo itinerante y vertiginoso.

El epígrafe anterior en cada una de sus palabras lleva a cuestas un poco de pasado, de memoria, de recuerdos, de propósitos, de misiones y responsabilidades que trasgreden la existencia del ser humano; palabras que en conjunto constituyen una historia que soporta una vida a cuestas (indistintamente de su procedencia), palabras que nos invitan a reflexionar sobre el quehacer del hombre con relación a sí mismo y a su intervención (positiva o negativa) en la sociedad.

El ser humano a través de los años ha sido estudiado rigurosamente por diversas áreas del saber. Entre estas tenemos la antropología, la pedagogía, la medicina (en casos meramente fisiológicos), entre otras ciencias humanas.

Sin embargo, las palabras que aquí se verán plasmadas habrán de situarlos en un contexto ecléctico donde, además de la convergencia de las ciencias humanas nombradas anteriormente, centraremos nuestra atención en la psicología humana como elemento base en el análisis del hombre en su aspecto vital y existencial.

El ser humano rige su conducta de acuerdo a lo que la sociedad le indica por medio de leyes positivas o hechos sociales que son transmitidos de generación en generación de acuerdo a los principios culturales que ella ostenta. Así mismo podríamos afirmar que el ser humano reduce sus posibilidades de libertad de acuerdo a dichas normativas que por subjetivas que sean, rigen sus comportamientos con la intención de armonizar su estadía en la sociedad y ser aceptado.

Pero, ¿qué pasa con aquellos que por situaciones particulares no pueden adaptarse?, ¿qué sucede con aquellos cuya identidad se ha extraviado y han perdido el norte de su quehacer en la sociedad?

Dichos cuestionamientos surgen, la mayoría de veces, como consecuencia de desequilibrios y rechazos en razón de los prejuicios que envuelven la sociedad, los cuales son nocivos para el desarrollo integral de cualquier ser humano que es víctima de la discriminación.

Así pues, aparece la psicología humanista, la cual relaciona sus apartes teóricos con diversos efectos terapéuticos con la firme intención de solventar dichas problemáticas. La misión fundamental de la psicología humanista hace un llamado a la búsqueda del ser humano entorno al “sí mismo”, el ejercicio de su libertad y la obtención de la responsabilidad frente a él y ante los demás.

En tal proceso es indispensable centrarse en las potencialidades del ser humano dejando de lado sus limitaciones para promover el desarrollo de sus dimensiones humanas, teniendo presente que el ser humano es un proceso que está en constante devenir.

Por otro lado, es imperativo afirmar que la catarsis del ser humano se configura mediante la reducción de su “yo” con relación al derecho a la diferencia que posee todo ser humano en su cualidad de ser un individuo único e irrepetible.

Pero… ¿Qué es el derecho a la diferencia? El derecho a la diferencia es aquel calificativo innegable que antecede a todo ser humano en el momento de su nacimiento y durante su desenvolvimiento natural en el espacio que habita. ¿Y el derecho a la igualdad no es contradictorio al enunciado anterior? Querido lector, independiente a su respuesta he de afirmar que la cualidad de todo ser humano a ser tratado como su semejante es tan válida como respetar la diferencia de su semejante en el mismo régimen de igualdad que nos ha sido inculcado. De acuerdo a lo anterior afirmamos entonces que, las particularidades del ser humano, han de ser respetadas desde que no violenten los derechos de los demás.

Sobre tales supuestos trabaja la psicología humanista; el choque, la confrontación de la realidad que nos oprime, que nos asfixia. Otorgar la atribución de lo exterior a lo interior, siendo responsables de nuestra vida y del trasegar que se quiera cursar dada la autonomía y la madurez de nuestras decisiones.

Lo anterior entonces, implica transgredir la realidad; generar la ruptura de los paradigmas psicosociales. Ruptura que si bien es causal de dolor, confusión y tristeza, suponen avances significativos en nuestras vidas.

En ese orden de ideas, es necesario precisar que la psicología humanista además de centrarse en los procesos

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9.8 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com