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Psicoanlisis


Enviado por   •  18 de Mayo de 2014  •  5.749 Palabras (23 Páginas)  •  312 Visitas

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LACAN

Estructura de las psicosis paranoicas

Traducción y presentación de Juan Bauzá

Este artículo se publicó por primera vez en la Semaine des Hôpitaux de Paris, nº 14, julio 1931, p. 437-445. Publicado posteriormente en la revista Ornicar?, 1988, nº 44, p. 5-18.

Existe una traducción al castellano de Toni Vicens en El Analiticón, nº 4, Barcelona, 1987, p. 5-20.

Ofrecemos aquí nuestra traducción del mismo.

Presentación

Se trata del primer escrito de Lacan sobre la paranoia. De lectura recomendable desde un punto de vista clínico, figura referido y citado en la Tesis de Lacan (Véase más abajo). Se refiere a él en su “Exposición general...” en los términos siguientes:

Según nosotros, el progreso de la ciencia psiquiátrica no puede prescindir de un estudio profundo de las ‘estructuras mentales’ (término que comenzamos a emplear en este trabajo), estructuras que se manifiestan en el curso de los diferentes síndromes clínicos y cuyo análisis fenomenológico (Cf. “El problema del estilo y la concepción psiquiátrica de las formas paranoicas de la experiencia”) es indispensable para una posible ‘clasificación natural’ de los trastornos, fuente manifiesta de importantes indicaciones pronósticas y a menudo de valiosas sugerencias terapéuticas. (p. 399)

Referencias a este trabajo en su Tesis:

Parte I, cap. 1, n 20, p. 26:

[...] en un artículo de divulgación [el presente artículo], hemos presentado una agrupación unitaria de las psicosis paranoicas repartidas en tres rubros: la pretendida ‘constitución paranoica’, el delirio de interpretación y los delirios pasionales.

Parte I, cap. 3, n 59, p. 72:

El postulado, en la erotomanía, es el orgullo, ‘el orgullo sexual’, y asimismo el sentimiento de ‘imperio total sobre el psiquismo sexual de una persona determinada’.

A partir de este postulado se van deduciendo rigurosamente todas las anomalías de ideas y de acciones en el delirio. En otro lugar hemos expuesto nosotros el plan de esta deducción tal como fue presentado por su autor.59

59 Véase J. LACAN, “Structure des psychoses paranoïaques”, ya citado. Recordemos las tres fases regularmente observadas, según el autor, de acuerdo con la sucesión siguiente: de orgullo, de despecho, de rencor. Recordemos también los postulados secundarios que deben estar presentes en un interrogatorio en que se acciona al enfermo, y que son:

la iniciativa procede del objeto;

el objeto no puede ser feliz sin el suspirante;

el objeto no puede tener un valor completo sin el suspirante;

el objeto es libre, etc. (Véase Clérambault, Bull. S.C.M.M., 1921, p. 62-63.)

Parte II, cap. 3, p. 241, n 7:

Comparemos los rasgos más destacados del carácter de nuestra enferma con aquellos que se nos ofrecen como esenciales de la constitución paranoica:7

7 Remitimos a la tesis de Montassut y a la obra de Genil-Perrin ya citadas; Cf. Igualmente nuestro artículo sobre la “Structure des psychoses paranoïaques”.

Parte II, cap. 4, p. 273, n 23:

Ya hemos señalado en otro lugar el carácter convincente que las ideologías de los paranoicos deben a su raíz catatímica.23

23 Citémonos a nosotros mismos, allí donde hablamos (Lacan, art. cit.) “del teórico autodidacto o cultivado que puede hallar en los límites secretos de su horizonte mental los elementos de un cierto éxito: una apariencia de rigor, el atractivo de ciertas concepciones rudimentarias en el fondo, la posibilidad de afirmar obstinadamente y sin variar. Si la fortuna lo pone en la coyuntura adecuada de los acontecimientos, puede llegar a ser un reformador de la sociedad, dela sensibilidad, un ‘gran intelectual’”.

Juan Bauzá

(437)Historial del grupo y objetivo de este Estudio

La concepción de la paranoia que heredera a la vez de las viejas monomanías y de los fundamentos somáticos de la noción de degeneración, agrupaba en ella estados psicopáticos ciertamente muy diversos. Tenía sin embargo la ventaja de evocar un terreno, base no psicogénica de todos estos estados. Pero los progresos de la clínica, KRAEPELIN, los Italianos, SÉRIEUX y CAPGRAS, la han separado, y así pues delimitado, sucesivamente de los estados paranoides vinculados a la demencia precoz, de las psicosis alucinatorias crónicas, finalmente de esas formas más o menos transitorias de delirios que constituyen la paranoia aguda y que deben entrar en cuadros diversos desde las bouffées delirantes polimorfas hasta los estados predemenciales pasando por la confusión mental.

Así reducida, la paranoia tiende a confundirse hoy con una noción de carácter, que incita, parece, a una deducción que podría ser tentadora a partir del juego (jeu)  [homófono en francés con je, en cuyo caso traduciríamos por yo] psicológico normal.

Es contra esta tendencia que intentaremos agrupar aquí algunas reflexiones.

Lo haremos fundándonos en la noción puramente fenomenológica de la estructura de los estados delirantes. Esta noción nos parece crítica :

Desde el punto de vista nosográfico en primer lugar.

Se capta en ellos, en efecto, la discontinuidad con la psicología normal, y la discontinuidad entre los mismos, de esos estados que con el profesor CLAUDE, quien los ha acercado de nuevo a los estados paranoides para definirlos mejor, nosotros designamos con el nombre de psicosis paranoicas.

Desde el punto de vista diagnóstico.

Las psicopatías, en efecto, incluso las más limítrofes con el juego [véase nota 1] psíquico normal, no revelan en el agrupamiento de sus síntomas un menor rigor que los otros síndromes de la patología. Nunca los analizaríamos con demasiado detalle (on ne saurait les analyser de trop pres.). Pues es precisamente la atipicidad de un caso dado lo que debe esclarecernos sobre su carácter sintomático, y permitirnos rastrear [seguir la pista a, diagnosticar precozmente] una afección neurológica grosera, prever

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