Se Aprende De Los Errores

“El hombre inteligente aprende de sus propios errores, el sabio aprende de los errores de los demás”

Arturo Adasme Vasquez

La naturaleza del ser humano es la esencia que le permite a éste desarrollar capacidades que están sobre la de otros seres vivos a gran diferencia. Dentro de estas capacidades se encuentran la de razonar, decidir, elegir, actuar a consciencia, entre otras. Sin embargo, la imperfección del hombre es la causa principal de que éste se encuentre propenso a cometer errores, algunos de ellos ocasionados por no tomar las decisiones adecuadas, o por tomarlas de manera apresurada y a la ligera, sin hacer la previa reflexión necesaria sobre el caso, etc. Pero, ante esto, el hombre está dotado de autosuficiencia para enmendar aquellas faltas y mostrar su predisposición al cambio de su actitud para su mejora y la de los demás.

Asimismo, existe la llamada Ley de Causa y Efecto. Esta es una ley de vida que pese a ser muy importante para la convivencia armónica del hombre y para lograr buenos resultados en todos los aspectos de su vida, muy pocas veces es tomada en cuenta, dejándola con frecuencia en el olvido. Esta ley es conocida también como la Ley de Consecuencia, la cual tiene dirección en la cosecha de todo aquello que se siembra, tanto pensamiento y palabra como acciones. Es decir, todo lo que se realiza pone en marcha una causa, y ésta arrastra consigo una consecuencia, o bien positiva, o bien negativa, que repercute ya sea sobre el mismo actor de los hechos o en el entorno en el que se ecuentra.

Esto se presenta, y es gracias, vuelvo a recalcar, a la gran capacidad que poseen los humanos de rectificar sus actos y de estos enriquecer su ser. Por ejemplo, la experiencia, es una de las formas, considerando que constituye la base del aprendizaje. No obstante, ésta no viene sola, también el hombre toma los errores como parte de tal instrucción. Muchas veces, el entorno en el cual la persona se encuentra la orienta a dejarse llevar generando que éste actúe de manera incorrecta, pensando simplemente en el presente, mas no en los efectos que puede provocar su actuar. Sin embargo, estos son ineludibles. Todo tiene una solución, y la mejor manera de encontrarla es asumiendo la propia responsabilidad. Ante cualquier situación, lo principal es saber aceptar con sensatez los errores que uno puede cometer. Solo de esta forma, se podrá resarcir la falta y obtener un verdadero aprendizaje de lo sucedido.

Otra forma de corregir un tropiezo, la más cercana y efectiva a evitarla nuevamente, creo yo, es el reflexionar acerca de lo sucedido. Siendo reflexivos, podremos y estaremos en la ventaja de conocer los beneficios o prejuicios que un pensar, decir y/o actuar pueden acarrear en el futuro. Lo más ansiado es, sin duda, que ésta se obtenga con esfuerzo y de manera rápida, ya que es una

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