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Sigmund Freud, Psicoanalista


Enviado por   •  3 de Abril de 2023  •  Prácticas o problemas  •  338 Palabras (2 Páginas)  •  121 Visitas

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PSICOLOGÍA

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15. SIGMUND FREUD, PSICOANALISTA

Tanto John Stuart Mill como Herbert Spencer defendieron el «principio de la máxima felicidad» y lo convirtieron en parte de su filosofía social. Aunque surgieron algunos críticos, los utilitarios supieron conservar su ascendiente. En manos de Jevons, Walras, Menger, Marshall y otros, el utilitarismo pasaría más tarde a ser el fundamento de gran parte de la moderna teoría económica. Incluso quienes ponían en tela de juicio el supuesto ético de que es bueno perseguir la propia fe-licidad, se inclinaban a aceptar el supuesto psicológico de que todo hombre persigue su propio placer de manera automática e inevitable.

Las objeciones psicológicas se centran en torno al hecho de que la felicidad depende mucho más de lo que se espera que de lo que se obtiene. Tampoco existe, por otra parte, ninguna escala absoluta de felicidad con la que pueda medirse todo posible acontecimiento. Además, la capacidad humana para experimentar felicidad es limitada, no sigue aumentando in-definidamente. Por último, no existen pruebas que demuestren que el rico es siempre más feliz que el pobre; de hecho, no existe siquiera prueba alguna de que el progreso social promueva la felicidad, de que los parisinos sean esencialmente más felices que los bosquimanos de África.

El utilitarismo no soltó su férreo dominio de la mente científica hasta las postrimerías del siglo xIX. Uno de los ataques más efectivos de los que fue objeto lo inició el sociólogo francés Emile Durkheim, quien preguntó cómo podía una teoría semejante explicar el suicidio*. Es evidente que el suicidio no lo motiva la felicidad; parece razonable suponer que una persona que se quita la vida se siente desdichada. Si esto es así -y si tenía razón Bentham al mantener que la infelicidad es consecuencia de una pérdida de posesiones valiosas- sería de esperar que las tasas de suicidio aumentaran durante los períodos de depresión económica. Así ocurría, en efecto. Sin embargol Durkheim presentó otro hecho que era más enig-mático: que con frecuencia el suicidio es consecuencia de un

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