Dios Es Tu Hogar

Dios es Espíritu; y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.

Juan 4.24

No pienses que estás separado de Dios, y que Él está en el tope de una gran escalera y tú en el otro extremo. Deshecha cualquier idea de que Dios está en Venus y tú en la tierra. Puesto que Dios es Espíritu (Juan 4.23), está a tu lado: Dios mismo es nuestro techo. Dios mismo es nuestra pared. Y Dios mismo es nuestro cimiento.

Moisés lo sabía. «Señor», oró, «tú has sido nuestro refugio desde el principio» (Salmo 90.1) ¡Qué impactante pensamiento! ¡Dios como nuestro refugio, como nuestro hogar, según algunas versiones! El hogar es el lugar donde puedes quitarte los zapatos y comer encurtidos y galletitas, sin preocuparte por lo que piensen cuando te ven en tu bata de baño.

Conoces bien tu casa. No necesitas que te digan cómo encontrar tu dormitorio… Así mismo puedes conocer a Dios. Con el tiempo puedes aprender adónde ir por alimento, dónde refugiarte para protección, adónde acudir para orientación. Así como tu hogar terrenal es un lugar de refugio, la casa de Dios es un lugar de paz. La casa de Dios nunca ha sido saqueada, sus paredes nunca han sido aportilladas.

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