Donde Esta Tu Dios

¿donde está tu Dios?

Como primer punto presenta nuevas formas de increencia y de religiosidad; presentando un fenómeno cultural del cual en los países de tradición cristiana da a la increencia un aspecto más práctico que teórico, convirtiéndose en un fenómeno cultural en el sentido de que las personas no se vuelven ateas o no creyentes por su propia elección sino porque es lo que hace todo el mundo y a ello se le añade las carencias de la evangelización, la ignorancia creciente de la tradición religiosa y cultural cristiana y la falta de propuestas de experiencias espirituales formativas capaces de suscitar el asombro y de llevar a la adhesión.

Asimismo las causas antiguas y nuevas de la increencia; no están sujeto a una sola causa debido a que el fenómeno se halla más vinculado a comportamiento de grupo que a decisiones individuales. Es por ello que las causas son: la pretensión totalizante de la ciencia moderna, la exaltación del hombre como centro del universo, el escándalo del mal, los limites históricos de la presencia de los cristianos en el mundo y los nuevos factores del cual se encuentra la ruptura de la transmisión de la fé, ya que en la familia hay un verdadero déficit de transmisión de la fé en el interior de las familias cristianas sobre todo el las aglomeraciones urbanas por razones múltiples. La escuela católica no tienen la presencia creciente de profesores sin una autentica formación y motivación cristiana repercutiendo una desaparición de la transmisión de la fé.

Otro nuevo factor es la globalización de los comportamientos, los medios de comunicación social, la nueva era, los nuevos movimientos religiosos y las elites.

La secualización de los creyentes es el litigio proceso de autonomía de las realidades terrestres, es por ello que el secualismo es una concepción del mundo la cual se explica por sí mismo sin que sea necesario recurrir a Dios. La vida cristiana parece alcanzar niveles mediocres con evidente dificultad para dar razón de la fé. Esta dificultad no viene solo de la influencia de la cultura secularizada sino también de un cierto temor a comportarse según la fé consecuencia de una carencia.

La nueva religiosidad, se trata más bien de una forma romántica de religión una especie de religión del espíritu y del “yo” que hunde sus raíces en la crisis del sujeto, se encierra progresivamente en el narcisismo y rechaza todo elemento teórico-objetivo, convirtiéndose en una religión fuertemente subjetiva, donde el espíritu puede refugiarse y contemplarse en una búsqueda estética donde no hay que rendir cuentas a nadie acerca del propio comportamientos.

Para ello propone a un Dios sin rostro, esta nueva religiosidad se caracteriza por la adhesión a un Dios que carece de rostro o de características personales; también la religión del “yo”, la cual se caracteriza porque coloca

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