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El Pajarillo


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2013  •  1.013 Palabras (5 Páginas)  •  327 Visitas

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HISTORIA DE UN ALMA (Sta. Teresa de Lisieux)

Pensamientos de Teresa de Lisieux (Santa Teresa del niño de Jesús y de la Santa Faz)

El Pajarillo

…Jesús, Jesús, si el deseo de amarte es tan delicioso, ¿Qué será poseer el amor, gozar del Amor?

¿Cómo un alma tan imperfecta como la mía puede aspirar a poseer la plenitud del Amor?

¡Ho Jesús, mi primero, mi único Amigo! Tú a quien únicamente amo, dime, ¿Qué misterio es éste? ¿Por qué no reservas esas inmensas aspiraciones para las almas grandes, para las águilas que planean en las alturas?

Yo me considero como un débil pajarito cubierto de suave plumón. No soy un águila. Del águila tengo sólo los ojos y el corazón, pues, a pesar de mi extremada pequeñez me atrevo a fijar la mirada en el Sol Divino, el Sol del Amor y mi corazón siente todas las aspiraciones del águila….El pajarito querría volar hacia el Sol brillante que fascina sus ojos, querría imitar a sus hermanas águilas a quienes ve elevarse hasta el horno ardiente de la Santísima Trinidad…. ¡Ay! Todo lo que puede hacer es agitar sus alitas, pero echar a volar, eso no está en la pequeñez de su poder.

¿Qué va a ser de él? ¿Morirá de pena al verse tan impotente? De ninguna manera. El pajarito ni siquiera se va afligir. Con audaz abandono quiere seguir mirando a su Sol Divino; nada será capaz de atemorizarlo, ni el viento, ni la lluvia, y si las nubes oscuras llegaran a esconder al Astro de Amor; el pajarito no cambiará de lugar, porque sabe que detrás de las nubes su Sol sigue brillando, sin que su esplendor pueda eclipsarse ni un instante.

Es verdad que, a veces, el corazón del pajarito se ve envuelto en la tormenta. Le parece no creer que exista otra cosa que las nubes que lo rodean: es el momento de la alegría perfecta para la pobrecita y débil criatura. ¡Qué dicha quedarse ahí a pesar de todo, no apartar la mirada de la luz invisible que sustrae a su fe!

Jesús, comprendo tu amor por el pajarito hasta este momento puesto que no se aleja de Ti. Pero Tú sabes y yo también lo sé, que con frecuencia, la imperfecta criaturita, aunque permaneciendo en su lugar (es decir bajo los rayos del Sol), se deja distraer un poco de su única ocupación: picotea una semillita a derecha e izquierda, corre tras un gusanito, o chapotea en un charquito y se moja sus plumitas apenas formadas, ve una flor que le gusta y su diminuto espíritu se ocupa de esa flor; en una palabra ya no puede planear como las águilas, el pobre pajarito se ocupa de las bagatelas de la vida.

Sin embargo, después de todas esas fechorías, en vez de ir a esconderse en un rincón para llorar sus miserias y morirse de arrepentimiento, el pajarito se vuelve hacia su Amado Sol, expone a sus rayos bienhechores sus alitas mojadas, gime como la golondrina y en ese suave canto le confía sus infidelidades

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