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Los Kurdos


Enviado por   •  8 de Enero de 2013  •  1.990 Palabras (8 Páginas)  •  299 Visitas

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El nombre 'Chipre' tiene una etimología un tanto incierta. Se ha sugerido que proviene de la palabra griega para el Ciprés del Mediterráneo. Otros eruditos sugieren que tiene origen en el idioma eteochipriota, y que dio su nombre a la palabra en latín para el metal, que aparece en la frase aes Cyprium, "metal de Cyprus", posteriormente abreviada como Cuprum.

Hace mas de tres mil años que la civilización llegó a Chipre. Desde entonces los hititas, fenicios, griegos, asirios, persas, egipcios, romanos, árabes, católicos, bizantinos, otomanos, y luego los ingleses llegaron a la isla para rendirse ante la cultura de los isleños aunque a menudo impusieron su poder militar y político siempre más o menos efímero.

Antigüedad hasta la conquista del Imperio otomano

Chipre, fue sucesivamente invadida ya que su situación estratégica es un punto de encuentro entre Europa, Asia y África. Se conocen más de cien yacimientos arqueológicos que datan entre 3000 a. C. y 2500 a. C. La primera noticia histórica se encuentra en los archivos comerciales de Mari (ciudad estado en el Éufrates) que registran envíos de cobre procedentes de Chipre a fines del siglo XIX a. C. o inicios del siglo XVIII a. C.

Durante los siglos XVI a. C. y XIII a. C. mantuvo estrecha relación con los semitas de Ugarit (costa de Siria), los hititas (indoeuropeos en el centro de la actual Turquía) y los egipcios. Fue afectada por otras civilizaciones cuando, sobre la región, se abatieron los Pueblos del Mar, entre ellos los primeros griegos hacia el 1200 a. C. Durante estos contactos albergó colonias fenicias y conoció las dominaciones a siria, egipcia y persa.

Entre 333 a. C. y 325 a. C., Alejandro Magno derrota a Persia, y Chipre pasa a formar parte de su imperio. Después de las luchas por la sucesión entre los generales de Alejandro, integró el reino de los Ptolomeo de Egipto hasta que, a mediados del siglo I a. C., pasó a dominio romano.

Durante el siglo I, estuvo San Pablo en Chipre. Éste y San Bernabé, considerado el fundador de la Iglesia en Chipre, introdujeron el cristianismo en la isla.

Después de la división del Imperio romano, Chipre dependió del Imperio romano de Oriente o Bizantino. Producido el cisma religioso, la Iglesia pasó a integrar la Iglesia ortodoxa.

En 1191 fue conquistada por Ricardo Corazón de León, cuya flota se dirigía a Tierra Santa durante la Tercera Cruzada. Posteriormente, la vendió por cien mil denarios a los caballeros Templarios que la revendieron al mismo precio al caballero cruzado Guy de Lusignan.

Así se estableció un reino cristiano (Reino de Chipre) y la Iglesia Católica remplazó a la ortodoxa, pero las anteriores costumbres se siguieron practicando. La dinastía Lusignana terminó cuando la última reina, Caterina Cordero, cedió la isla a la República de Venecia en 1489.

Chipre pasó a ser uno de los centros comerciales más activos del Mediterráneo, perteneciendo entre 1489 y 1571 a los venecianos, hasta que fueron expulsados por Lala Mustafa Pasha, súbdito del Imperio otomano.

A partir de la conquista del Imperio otomano

Durante el período veneciano, los otomanos intentaron conquistar la isla de Chipre varias veces. En 1489, durante el primer año del control veneciano, los otomanos atacaron la península de Karpas, saqueándola y tomando rehenes para su venta como esclavos, practica comun en todo el Mediterraneo en esa época. En 1539, la flota turca atacó y destruyó Limassol. Ante tal situación, los venecianos fortificaron Famagusta, Nicosia y Kyrenia.

En el verano de 1570, los otomanos iniciaron una invasión con unos 60.000 hombres bajo el comando de Lala Mustafa Pasha, desembarcando el 2 de julio de 1570 en Limassol y sitiando luego Nicosia. La ciudad cayó el 9 de septiembre de ese año: murieron veinte mil griegos y las iglesias y edificios públicos fueron saqueados. Posteriormente, Mustafa tomó Kyrenia sin oposición; sin embargo Famagusta resistió entre septiembre de 1570 y agosto de 1571.

La caída de Famagusta indica el inicio del período otomano en Chipre. Dos meses después, las fuerzas navales de la Liga Santa, compuesta por buques venecianos, españoles y papales, bajo el comando de Juan de Austria, derrotaron a la flota turca en la batalla de Lepanto, una de las más decisivas de la Historia. Sin embargo esto no modificó la situación de Chipre, que se mantuvo bajo el dominio otomano por tres siglos.

Con la ocupación turca, Lala Mustafa Pasha pasó a ser el primer gobernador otomano de Chipre. En 1573, los venecianos se retiraron totalmente, finalizando así la influencia de la Iglesia Católica en la isla.

El dominio turco

La ocupación otomana trajo dos cambios radicales en Chipre: la composición de un nuevo grupo étnico y la consolidación de la influencia de la Iglesia Ortodoxa.

El Imperio otomano concedió timars —concesiones de tierra— a los soldados turcos bajo la condición de que ellos y sus familias permanecieran en el lugar. Estos grupos pasaron a ser el núcleo de los turco–chipriotas y provocó que durante el siglo XVII la población turca creciera rápidamente. Dicha población permaneció en su mayoría cuando la administración pasó a manos británicas en 1878. Para 1970, los turco-chipriotas representaban solo el 18% de la población total (el resto, junto a las pequeñas minorías maronita y armenia es greco-chipriota.

Simultáneamente, la comunidad griega fue autorizada a adquirir y trabajar la tierra. Los otomanos también aplicaron el Sistema Millet (nación) en Chipre, la cual permitía a las autoridades religiosas gobernar sus propias comunidades no musulmanas. Este sistema reforzó la posición de la Iglesia Ortodoxa y la cohesión de la comunidad griega. La concesión de libertad a la Iglesia se debía al temor de la presencia de la Iglesia Católica, que podría instigar acciones de parte de las potencias occidentales.

Gradualmente, los arzobispos se transformaron no solamente en líderes religiosos sino étnicos. La Iglesia pasó a ser, también, un guardián del legado griego, algo que mantiene hasta el día de hoy aunque algo mitigado desde la independencia.

Muchos de los greco-chipriotas, a los efectos de escapar a los altos impuestos determinados por los otomanos, se convirtieron al Islam. Varios de los supuestamente conversos (a los que se los llamó linobambaki) se mantuvieron

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