ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Sacramentos


Enviado por   •  3 de Diciembre de 2012  •  581 Palabras (3 Páginas)  •  325 Visitas

Página 1 de 3

Orden de los Agustinos

Sacramentos

El Bautismo

Desde 1534, los agustinos optaron por guardar en todo el ceremonial romano, bautizando niños todos los domingos y poniendo cuatro fechas anuales para los adultos: Pascua, Navidad, Pentecostés y San Agustín. En tales días, narran los cronistas, debía celebrarse el bautismo con "grandissima solemnidad, imitando a los santos padres de la primitiva Yglesia."

En las cuatro fechas señaladas, se adornaban no sólo las iglesias, sino los pueblos. Formaban los neófitos una procesión en la que lucían sus mejores galas. Llegados al lugar escogido para la ceremonia, los estaban esperando formando una valla los ya bautizados entre dos sacerdotes se cumplían todas las ceremonias del ritual. Una vez terminado éste, se coronaba de flores a los bautizados, mientras la música y las campanas tañían en son de alegría por el acontecimiento. Así entraban todos en la iglesia para la celebración eucarística, con un sermón especial donde les recordaban cómo habían de comportarse.

La Confesión

Para la confesión pascual, las multitudes aumentaban, puesto que todos eran examinados sobre la doctrina, preparándose con rezos a este sacramento, lo que se realizaba en los atrios, pasaban a la iglesia y allí los frailes en una plática los exhortaban al arrepentimiento. Venía el sacramento, dejando a los pies del confesor un huevo, para saber el número de los confesados y poderlo confrontar después con el padrón del pueblo.

La Eucaristía

Si los indígenas habían nacido a la vida de la gracia por el bautismo, debían mantenerla comiendo de este pan de vida, ya que si los habían bautizado era porque tenían una fe explícita en la Trinidad, tendrían entonces suficiente capacidad para entender lo que era necesario para este sacramento, puesto que no se les pide que comprendan el modo del misterio, sino la verdad del mismo.Los naturales confirmaban la devoción con que recibían este sacramento. Se vestían de fiesta, se iban a la iglesia desde las siete y allí esperaban en silencio la celebración de la misa, que frecuentemente tardaba, porque el ministro estaba ocupado en confesiones de último momento. Se preparaba rezando la tradicional oración de Santo Tomás de Aquino en su lengua. Al comulgar les ponían unas guirnaldas de flores; rezaban la misma oración en acción de gracias, y en silencio daban gracias como hasta el medio día, cuando se iban a sus casas.

Los vecinos les procuraban el sustento aquel día, haciendo notar el cronista que el comulgante era reverenciado como entre nosotros el Missa cantano. Acabando de comer regresaban a la iglesia y allí se pasaban la tarde, o visitaban cruces o ermitas.

En cuanto al viático, se les había metido en la cabeza

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (3.6 Kb)  
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com