Ven Con Nosotros Al Caminar

Ven con nosotros al caminar

La celebración del día de La Altagracia es la gran fiesta de unidad nacional. Son miles los hombres y mujeres que llenan nuestras capillas y parroquias del campo, el llano, la montaña, barrios y ciudades para dar gracias a Dios por habernos dado una Madre como ella. Es que el amor a María, madre del Salvador, brota de nuestra alma agradecida y lo llevamos a flor de labios.

Pero esa devoción, admiración, respeto y cariño hacia La Altagracia exige de nosotros una conducta coherente con su mandato de: Hagan lo que Él les diga, refiriéndose al mensaje que nos trajo su Hijo Jesús.

Si actuáramos de acuerdo a sus deseos no tuviéramos un país en donde la brecha entre ricos y pobres es cada vez mayor.

En donde la mujer es maltratada y asesinada.

En donde los jóvenes deambulan por las calles buscando un empleo digno.

En donde la corrupción administrativa se trata con paños tibios o queda impune.

En donde la inseguridad ciudadana nos priva de transitar libremente por las calles, autopistas y carreteras por el temor a perder la vida en un instante en manos de delincuentes y malhechores.

Frente a tantos signos de muerte, nuestra Madre Espiritual debe estar triste, pero nos sigue insistiendo: Hagan lo que Él les diga.

Hagamos caso a este llamado maternal. Dejemos atrás el pesimismo. Recordemos que es mucho más la luz que la oscuridad.

Bañemos de esperanza y compromiso a los que piensan que este país no tiene futuro y que todo terminó.

Llevemos a los pies de la Virgen nuestro cansancio y desaliento y pidamos su intercesión ante el Padre para que siga bendiciendo a este pueblo que necesita las fuerzas necesarias para levantarse y así construir su Reino, que es de verdad y justicia.

Que el inmenso amor que tenemos a La Altagracia lo hagamos realidad cotidiana multiplicando la solidaridad, la cultura de paz y el compromiso sincero de trabajar por un país mejor.

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