Las Redes Sociales

Las Redes Sociales: ¿fórmula mediática contra la soledad y el aburrimiento?

El artículo “Las redes sociales: ¿fórmula mediática contra la soledad y el aburrimiento?” de Germán Muñoz, publicado en la Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud el 2 de Junio de 2010, trata acerca de las redes sociales y de sus efectos sobre los jóvenes. Describe las causas que llevan al uso de estas y las consecuencias que conlleva su utilización en la vida de niños y jóvenes, sus usuarios más frecuentes. Para esto el autor presenta varios factores tanto a favor como en contra del uso de las redes sociales, tomando conciencia de los efectos negativos a los que puede llevar el mal manejo de estas redes.

Para comenzar, en la actualidad el tejido familiar se ha empobrecido en exceso. Esto genera un fuerte sentimiento de soledad en los jóvenes y esta soledad lleva a la depresión. Para acabar con esto, los jóvenes simplemente buscan hablar con alguien en pro de generar nuevas relaciones sociales y de comunicarse, pues esto es lo que realmente los satisface. Consecuentemente, se sumergen en las redes sociales, que parecen el medio más efectivo para la comunicación, para las relaciones sociales y para hacer supuestos amigos, además de encontrar grupos de personas que compartan sus mismos intereses. Con esto se crea una nueva y compleja ciber-cultura juvenil que tan solo busca relacionarse y transmitir su pensamiento.

En segundo lugar, las redes sociales son herramientas que generan espacios imaginarios que se alimentan por la co-presencia de sus usuarios, quienes tienen diversos gustos y opiniones, y que provienen de diversos mundos. Esto facilita el surgimiento de grupos y organizaciones de usuarios con tendencias, pensamientos o intereses similares, planteando así una ideología preestablecida para cada grupo. Estos grupos adquieren mucho poder al concentrar a una gran cantidad de usuarios, lo que los lleva a convertirse en espacios de concentración democrática que pueden llegar a generan movimientos sociales en busca de soluciones a las problemáticas que afectan a los integrantes del grupo.

Por otro lado, para el autor, Facebook y en general las redes sociales son producto del capitalismo, siendo así, nada más que un negocio. Un negocio multimillonario que se apropia de la información personal de sus usuarios de forma perpetua, y la vende con fines económicos, comerciales y publicitarios.

En conclusión, estos espacios cibernéticos pueden ser herramientas positiva que facilitan la comunicación, acortan distancias y que tienen el poder de ayudar a las minorías aisladas a encontrar grupos de personas con intereses similares, dándoles mayor protagonismo y reconocimiento social. Sin embargo, el mal uso ha llevado a las redes sociales a convertirse en promotores de una vida pantallizada, abreviada y atrapada en un espacio inmaterial en el

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