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10 IDEAS DE MARIO KAPLUN


Enviado por   •  30 de Enero de 2014  •  1.771 Palabras (8 Páginas)  •  290 Visitas

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10 CONSEJOS DE MARIO KAPLÚN

El primer consejo va para los locutores y locutoras, aburridos y aburridores, que piensan en un público con vocación masoquista:

Quienes alguna vez hemos hecho radio, tuvimos que aprender por experiencia a no olvidar nunca esta sencilla verdad: todo aparato receptor tiene dos perillas, una que sirve para apagarlo y la otra para cambiar de estación. Así, si nuestro programa no logra suscitar su interés, nada más fácil para el oyente que silenciarnos. O reemplazarnos por una cumbia.

EL COMUNICADOR POPULAR, Ciespal, Quito 1985, pág. 110.

El segundo consejo se dirige a los escritores jóvenes, tan impacientes como inexperientes, que imaginan las musas revoloteando sobre su cabeza y olvidan que la inspiración nace de la transpiración. Y de la vida.

Más de una vez en los cursos a mi cargo me ha tocado trabajar con participantes que demostraban buenas aptitudes literarias y técnicas, en términos de destreza y captación del oficio, para componer radiodramas: por ejemplo, habilidad y sentido radiofónico para construir sus diálogos. Pero tenían una vida encerrada y fácil, sin contacto con el pueblo, sin sufrimientos ni dilemas hondos. Estos estudiantes no lograron producir buenos radiodramas ni sé si alguna vez lo lograrán. No sentían los temas ni vibraban con ellos. Y en sus guiones, todo era convencional, falso, disociado de la realidad. Así como un actor ha de apelar a su memoria emotiva para vivir un personaje, tanto o más un escritor dramático necesita haber vivido personalmente situaciones conflictivas e intensas para poder crear otras semejantes en sus obras. ¿Hay algún curso donde esto pueda enseñarse, ni en diez semanas ni en cincuenta?

UN TALLER DE RADIODRAMA, Materiales de Trabajo, CIESPAL, Quito, pág. 119.

El tercer consejo es para los comunicadores sordos, para las comunicadoras engreídas, los que nunca preguntan, las que jamás dudan, para quienes están convencidos de la importancia de sus ideas y descuidan lo principal de la comunicación:

Comunicar es una aptitud, una capacidad. Pero es sobre todo una actitud. Supone ponernos en disposición de comunicar, cultivar en nosotros la voluntad de entrar en comunicación con nuestros interlocutores. Nuestro destinatario tiene sus intereses, sus preocupaciones, sus necesidades, sus expectativas. Está esperando que le hablemos de las cosas que le interesan a él, no de las que nos interesan a nosotros. Y sólo si partimos de sus intereses, de sus percepciones, será posible entablar el diálogo con él. Tan importante como preguntarnos qué queremos nosotros decir, es preguntarnos qué esperan nuestros destinatarios escuchar. Y, a partir de ahí, buscar el punto de convergencia, de encuentro. La verdadera comunicación no comienza hablando sino escuchando. La principal condición del buen comunicador es saber escuchar.

EL COMUNICADOR POPULAR, Ciespal, Quito 1985, pág. 115 y 118.

El cuarto y perspicaz consejo, para los libretistas cuando tienen delante el papel en blanco, cuando comienzan a escribir y no saben cómo hacer para que los diálogos resulten amenos y atractivos:

Aunque esté escribiendo su guión, no olvide nunca que el lenguaje hablado es diferente al escrito. Debemos poner por escrito nuestro texto, pero él está destinado, no a ser leído con la vista como un texto impreso, sino a ser oído. Tiene que sonar con la llaneza, la naturalidad y la espontaneidad del lenguaje hablado. Incluso, a veces, con las imperfecciones del lenguaje hablado. El mejor consejo que puedo darle es: escriba escuchándose. A medida que escriba, lea en voz alta lo que va escribiendo. En ocasiones, incluso, adelántese: pronuncie primero la frase y luego escríbala. Díctese a sí mismo. Escuche cada frase, pruebe cómo suena. Sienta su ritmo oral, sonoro. Si le suena pesada, larga, artificiosa, con vericuetos, con idas y venidas, rehágala, divídala en dos o más frases cortas y directas. El oído le dirá dónde ubicar con más naturalidad el sujeto, el verbo, el predicado.

PRODUCCIÓN DE PROGRAMAS DE RADIO, CIESPAL, Quito 1978, pág. 280.

Un quinto consejo para los panfletarios del mundo y para quienes confundieron aquello de hablar de la vida cotidiana con la monserga de andar repitiendo lo que la gente ya sabe:

Hace pocos años, tuve oportunidad de escuchar por radio un informativo popular dirigido a las barriadas. Llevé la cuenta: el 80% de las noticias transmitidas eran denuncias sobre la acumulación de basura. No pude menos que ponerme en el lugar de esa gente de los barrios populares a la que el programa pretendía llegar y servir. Pensé en esos vecinos que ven basura desde que se levantan hasta que se acuestan, que viven oliendo a basura. ¡Y cuando ponen la radio, ésta les habla otra vez de basura! Lo que sucede en estos casos es que el emisor no tiene claro quién es su destinatario. Esta insistencia en la denuncia tal vez pudiera tener algún sentido si nos estuviéramos dirigiendo acusadoramente a los responsables de los malos servicios públicos, es decir, a las autoridades. Pero, ¿qué valor informativo encierra el repetirle permanentemente a la comunidad que no tiene agua, que no tiene luz, que no tiene pavimentos? ¡Ella ya lo sabe de sobra! Con eso, tal vez no hacemos más que reforzar su sentimiento de desesperanza, de impotencia: "estamos jodidos". Lo que la comunidad necesita es que la ayudemos a comprender con claridad las causas del problema: por qué no hay servicios para ella. Y, sobre todo, que la ayudemos a encontrar altenativas, salidas de solución.

EL COMUNICADOR POPULAR, Ciespal, Quito 1985, pág. 117.

El sexto consejo, más conceptual, para quienes siguen apostando por una educación bancaria, que difunde conocimientos y no problematiza. Una educación

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