Adios Carlota

En esta función especial de la obra, el público se asombró con un espectáculo de títeres hiperrealistas, fue como si ellos vieran transcurrir las escenas de una película silente, mismas que son acompañadas en vivo por las notas de la pianista rumana Deborah Silberer.

"En el piano, las notas son un personaje más que puntualiza o da pie a la escena correspondiente. Algunas piezas son una libre ejecución mía, como lo es el vals del ‘Danubio Azul' que enmarca una importante acción en la vida de Carlota", señala Silberer cuando explica que el piano suple cualquier tipo de diálogo.

Adiós Carlota aborda el tema de cómo las pasiones humanas, la soledad y la locura pudieron afectar a Carlota en su relación con Maximiliano, dos personajes históricos que se les muestra como se piensa que en verdad fueron, dos seres con sentimientos y pulsiones naturales despojados de los estereotipos de acuerdo con la historia de México.

Gerardo Ballester es el creador de este espectáculo, es director de arte, estudió Artes Visuales en Cuernavaca, Morelos y en Valencia, España.

"Desde los 13 años empecé a construir títeres y esa ha sido mi manera de trabajar y expresarme desde entonces. Existen muchas obras de títeres infantiles, pero no hay espectáculos de títeres para adultos. Deborah y yo nos conocimos en un festival de cine hace algunos años y para trabajar juntos quisimos hacer algo que pudiera transmitirle algo al público de nuestra generación, así que empezamos a gestar distintas ideas hasta que llegamos a Adiós Carlota", señala Ballester quien siendo el menor de 5 hermanos que estaban dedicados a las artes plásticas, buscó expresarse plásticamente.

"Siempre me gustó explorar y mezclar técnicas distintas para crear proyectos artísticos diferentes. En el caso de Adiós Carlota mezclé mi trabajo inicial de escultura con las cosas que he hecho de dirección de arte, por ejemplo, en la producción de cine en animación cuadro por cuadro, (‘stop motion')", señala Gerardo.

El creador ha incursionado en distintos núcleos teatrales y ha diseñado mecanismos del tipo hiperrealista como el que incluyó en su personaje de Carlota, la ancianita que es su más refinado títere puesto que sus ojos se mueven, gesticula abriendo la boca y tiene pelo natural.

Gerardo Ballester destaca que los personajes son manipulados en escena por 1 ó 2 personas, y Carlota es similar al títere de Topo Gigio en muchos aspectos, sólo que ése otro títere era manejado por cinco hombres.

"El proceso de creación constó de distintas etapas para lograr ese hiperrealismo que se busca en los títeres. Tienen un esqueleto de aluminio, músculos de hule espuma y piel de silicón Platinium, además de los mecanismos de gesticulación y movimiento de ojos que se tratan de simplificar al máximo, para poderse controlar con una sola mano", puntualizó.

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