Analgesicos Narcoticos

Analgésicos narcóticos

NORMAS GENERALES SOBRE

EL TRATAMIENTO DEL DOLOR

El dolor es un mecanismo protector o defensivo; es un síntoma de alarma. Este mecanismo nos permite vivir defendiéndonos de continuas agresiones o traumatismos que acabarían lesionando nuestro organismo.

El dolor inespecífico se trata con fármacos analgésicos. Éstos se clasifican en analgésicos-narcóticos (opiáceos).

Los fármacos analgésicos actúan, cada uno de ellos, mediante distintos mecanismos: los analgésicos narcóticos tienen una acción central sobre los receptores opiáceos, cambiando la percepción del dolor

Antes de tratar el dolor, el diagnóstico debe estar bien establecido.

Según la intensidad del dolor, así serán las dosis y las características del analgésico que se va a utilizar.

En principio, los analgésicos permiten conseguir el control del dolor sin gran dificultad, siempre y cuando se establezcan las dosis y los intervalos adecuados para evitar que éste vuelva a aparecer.

ANALGÉSICOS NARCÓTICOS

INTRODUCCIÓN

Los analgésicos narcóticos se denominan también opiáceos, opioides o mórficos. Opio significa jugo, en griego, y de ahí la utilización de los términos opiáceos y opioides. El alcaloide natural más significativo obtenido del opio es la morfina,

Este tipo de fármacos se utilizan para el tratamiento del dolor de mediana a gran intensidad.

Se describen los fármacos opiáceos habituales en el tratamiento del dolor: morfina, metadona, codeína, petidina, propoxifeno, buprenorfina, pentazocina, tramadol y fentanilo. Y también se describen los antagonistas: la naloxona y la naltrexona.

MORFINA

Actúa sobre receptores específicos (opioides), que también se estimulan por sustancias de producción endógena,

Estos receptores se localizan irregularmente en muchos puntos del cerebro: médula, mesencéfalo, tálamo, sistema límbico y corteza. Produce un efecto inhibidor, atenúan la sensación dolorosa y anulan o reducen el carácter desagradable que la acompaña.

Acciones

Depresoras

La más importante es la analgésica. La morfina es capaz de disminuir o eliminar el dolor de gran intensidad. Produce somnolencia y cierto grado de obnubilación, como narcosis o adormecimiento; en dosis más altas, produce hipnosis y coma.

Dosis terapéuticas, causa depresión respiratoria, por acción central, con disminución de la frecuencia respiratoria y del volumen corriente; si las dosis son más elevadas, puede producirse una parada respiratoria.

Estimulantes

Produce una miosis intensa. Es frecuente la estimulación central del reflejo del vómito, sobre todo en las primeras dosis.

Acción depresora narcótica, suele presentar una sensación de bienestar y euforia, aunque con las primeras dosis puede sentir malestar o disforia, el paciente presenta sudación. Causan un importante estreñimiento. También se produce aumento del tono de la vía biliar y espasmo del esfínter de Oddi.

Aumenta el tono de la vejiga urinaria, lo que puede dificultar la micción. En dosis altas, produce hipertonía muscular.

Dosificación

La morfina presenta una absorción muy variable por vía oral, vía subcutánea y también por vía intravenosa. Dosis inicial suele ser de 3 a 5 mg, La duración del efecto suele ser de unas cuatro horas.

Indicaciones

Debe utilizarse cuando los analgésicos no narcóticos del tipo del ácido acetilsalicílico o el paracetamol no han sido eficaces, o el dolor precordial durante un infarto agudo de miocardio. Intervenciones quirúrgicas, politraumatismos o tumores. En los pacientes sometidos a ventilación

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