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Analisis Estructuralista


Enviado por   •  3 de Noviembre de 2012  •  2.133 Palabras (9 Páginas)  •  307 Visitas

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Jorge Luis Borges

Biografía

Jorge L. Borges procedía de una familia de próceres que contribuyeron a la independencia del país. Su padre, Jorge Borges Haslam, rompiendo con la tradición familiar se empleó como profesor de psicología e inglés. Su madre era Leonor Acevedo Suárez y su Hermana Norah. Borges creció en el barrio de Palermo y con su abuela Fanny Haslam aprendió inglés, los recuerdos de aquella infancia lo acompañarían durante toda su vida, así lo reflejan tantos versos. Apenas con 6 años confesó a sus padres su vocación de escritor e inspirado en un pasaje del Quijote redactó su primera fábula en el año 1907, la tituló “La visera fatal”. A los diez años publicó una traducción al castellano de “El príncipe feliz” de Oscar Wilde.

El mismo año en que estalló la primera guerra mundial, la familia Borges recorrió Europa hasta radicarse en la neutral Ginebra. Borges era entonces un adolescente que leía incansablemente la obra de escritores franceses, desde los clásicos como Voltaire o Víctor Hugo hasta los simbolistas, y que descubría el expresionismo alemán, por lo que se decidió a aprender el idioma descifrando por su cuenta la novela de Gustav Meyrink “El golem”.

Hacia 1918 leía a autores en lengua española como José Hernández, Leopoldo Lugones y Evaristo Carriego y al año siguiente la familia pasó a residir en España, donde al parecer compuso unos versos nunca publicados, en los que exaltaba la revolución soviética y que tituló “Salmos rojos”.

En Madrid hizo amistad con un notable polígloto y traductor español, Rafael Cansinos-Assens, a quien a pesar de la diferencia de estilos proclamó como su maestro. Conoció también a Ramón María Del Valle Inclán, a Juan Ramón Jiménez, a Ortega y Gasset, a Ramón Gómez de la Serna entre otros. Por su influencia y gracias a sus traducciones, fueron descubiertos en España los poetas expresionistas alemanes.

De regreso a Buenos Aires convertido ya en un escritor, fundó en 1921 con otros jóvenes la revista Prismas, y más tarde, la revista Proa. Y tras un segundo viaje a Europa entregó a la imprenta su primer libro de versos: “Fervor de Buenos Aires” (1929), y siguieron numerosas publicaciones, algunos libros de poemas, como “Luna de enfrente” (1995), “Cuaderno San Martín” (1929), y otros ensayos, como “Inquisiciones”, “El tamaño de mi esperanza” y” El idioma de los argentinos”.

Durante los años treinta su fama creció en Argentina y su actividad se vinculó a Victoria y Silvina Ocampo, quienes le presentaron a Adolfo Bioy Casares, pero su consagración internacional llegaría más tarde. Ejercía la crítica literaria.

En 1938 fallece su padre y comienza a trabajar como bibliotecario en las afueras de Buenos Aires, durante las navidades del mismo año sufre un grave accidente, provocado por una progresiva falta de visión que estuvo a punto de costarle la vida.

A Causa de su ceguera debió dictar sus cuentos y en 1940 publica “Antología de la literatura fantástica” y al año siguiente “Antología poética argentina”.

En 1942, Borges y Bioy Casares se escondieron bajo el seudónimo de H. Bustos Domecq y entregaron a la imprenta graciosos cuentos policiales que titularon “Seis problemas para Don Isidro Parodi”.

En 1945 durante el peronismo vivió inconvenientes a causa de haber firmado manifiestos antiperonistas. En 1950 La Sociedad Argentina de Escritores lo nombró su presidente, este organismo se había hecho notorio por su oposición al nuevo régimen. En esta época de tribulaciones publicó su libro más difundido “El Aleph” (1949). Y siguió trabajando en nuevas antologías y nuevos volúmenes de ensayos antes de la caída del peronismo en 1955.

El nuevo gobierno lo designará, por el prestigio literario que había venido alcanzando, Director de la Biblioteca Nacional e ingresará en la Academia Argentina de las Letras, y enseguida llegaron los reconocimientos públicos.

En 1967 contrajo matrimonio con Elsa Millán y se separaron al poco tiempo en 1970. Ya octogenario formaliza con María Kodama, su secretaria una mujer más joven y de origen japonés y a la que nombró su heredera universal.

En 1974 con el nuevo triunfo del peronismo lo destituyen de su cargo en la Biblioteca Nacional. Dos años después saludó con alegría el derrocamiento del partido de Perón por la Junta Militar Argentina, y aunque en compañía con Ernesto Sábato y otros literatos se entrevisto con el dictador Videla para interesarse por los escritores desaparecidos, la actitud inicial le había hecho enemistades en Europa y le negaban el Premio Nóbel de Literatura por razones políticas. La concesión del Premio Cervantes en 1979 compensó el agravio. Durante sus últimos días Borges recorrió el mundo y fue aclamado y reconocido.

La obra

Borges fue el creador de una cosmovisión muy singular, sostenida sobre un original modo de entender conceptos como los del tiempo, espacio, destino o realidad. Sus narraciones y ensayos se nutren de complejas simbologías y de erudición, producto de su frecuentación de las diversas literaturas europeas, en especial la anglosajona –William Shakespeare, Thomas De Quincey, Rudyard Kipling o Josph Conrad son referencias permanentes en su obra-, además de su conocimiento de la Biblia, la cábala judía, las primigenias literaturas europeas, la literatura clásica y la filosofía. Su riguroso formalismo, que se constata en la ordenada y precisa construcción de sus ficciones, le permitió combinar esa gran variedad de elementos.

El primer libro de poemas de Borges fue “Fervor de Buenos Aires” (1923), en el que ensayó una visión personal de su ciudad, de evidente cuño vanguardista. En 1925 dio a conocer “Luna de enfrente” y, tres años mas tarde, “Cuaderno San Martín”, poemarios en los que aparece con insistencia su mirada sobre las orillas urbanas, esos bordes geográficos de Buenos Aires en los que años más tarde ubicará la acción de muchos de sus relatos.

Puede decirse que en estos primeros libros Borges funda con su escritura una Buenos Aires mítica, dándole espesor literario a calles y barrios, portales y patios. El poeta parece rondar la ciudad como un cazador en busca de imágenes prototípicas, que luego volcará con maestría en sus versos y prosas.

En 1930 publicó “Evaristo Carriego”, un título esencial en la producción borgeana. En este ensayo, al tiempo que traza una biografía del poeta popular que da título al libro, se detiene en la invención y

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