BENCENO

En la actualidad, el uso de un automóvil, se desarrolla de forma mecánica, por ello el interés de conocer un poco más acerca de sus beneficios o riesgos, ya que en diversas situaciones es algo sin importancia, frente al hecho de que lo primordial es que este nos brinde la movilización que necesitamos. La gente estaciona los automóviles, en diversos lugares de la ciudad, por periodos que por cortos que sean generan riesgos que se desarrollan en problemas médicos, dato que desconocen la mayoría de las personas.

Como estadística base frente a la relación que tiene el Benceno con la temperatura se destaca como referencia que al estacionar un auto a la sombra durante el día con las ventanas cerradas, la cantidad de benceno en su interior es de 400-800mg. Mientras que al estar estacionado fuera bajo el sol a una temperatura superior a los 16ºC, el nivel aumenta a los 2.000-4.000mg, considerando esto 40% más del nivel aceptable [1]. Por ello es de esperarse que si en Bucaramanga la temperatura se da entre los 20°C y 25°C el promedio de benceno en el interior de un carro será de 2.500mg. a 3.125mg, nivel alarmante puesto que el riesgo de esto comienza cuando la gente ingresa a su vehículo manteniendo las ventanas cerradas permitiendo la aspiración del Benceno de forma directa, que puede desaparecer al terminar la exposición o en muchos casos generar consecuencias a largo plazo. Como razón médica tenemos dos estudios realizados que comprueban que al encender el automóvil, lo primero que se expulsa como aire interno es todo el aire del plástico caliente, emisor principal del Benceno. Generando que en los niveles más bajos de exposición (700 a 3,000 mg de Benceno ) se produzcan enfermedades como irritación en los ojos, jaquecas, mareo, nauseas, aceleración del latido del corazón, perdida de coordinación, dolor de cabeza, temblores y somnolencias, en la mayoría de los casos, los efectos desaparecerán cuando la exposición termina y la persona empieza a respirar aire fresco, mientras que a largo plazo además de afectar diversos órganos, como el hígado y el riñón, envenena los huesos, causa anemia, reduce las células blancas y una exposición prolongada puede causar leucemia, incrementando el riesgo de adquirir cáncer o un aborto[2].

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