Cazadores De Microbios

Capítulo 1: Antonio Van Leeuwenhoek.

Nunca hubiera imaginado la historia de este gran descubridor; un tendero humilde que trabajó durante 6 años en una tienda de telas y posteriormente llamado a trabajar de conserje en su ciudad de origen Delft, naciendo allí lo que cambiaría su vida, su afición por tallar lentes. Un hombre perseverante que ante el descubrimiento del microscopio no se cansaba de mirar lo que encontraba a su alrededor incluso las gotas de lluvia donde descubriría por primera vez microorganismos que a simple vista no se aprecian.

En esos tiempos era difícil de creer para la Real Sociedad de científicos y filósofos lo que ocurría con Leeuwenhoek, pero él valorando su esfuerzo les hizo comprobar lo que con orgullo sostenía observar llegando así a formar parte de éste grupo de investigadores. Jamás se precipitó ante sus observaciones y a pesar de tantos honores nunca perdió el piso, sin embargo su fe tampoco cambió ya que decía “caminando a la verdad si abandonarla jamás”. Marcó la historia de lo que hoy es la microbiología ya que es el primer cazador de microbios.

Capítulo 2: Lazzaro Spallanzani

Parecía que la pérdida de un investigador como Leeuwenhoek era irreparable, pero unos años después nace otro grande cazador Lazzaro Spallanzani, que desde niño muestra gran interés hacia su entorno.

A pesar de que su padre se obstinó porque estudiara leyes, Vallesnieri le hizo ver cuán talentoso era, pudo lograr entrar a una universidad y posteriormente se ordenó de sacerdote.

Su pregunta más grande era: ¿Nacen espontáneamente los seres vivos, o deben tener padres forzadamente, como todas las cosas vivientes? Y en ese tiempo él se inclinaba mas a la aparición espontanea de estos pero, ¿Cómo demostrarlo? Se basó en un libro que precisamente hablaba de la generación espontánea en un experimento en el que ponía 2 trozos de carne, una en contacto con el medio externo, misma que desarrollaba gusanos y pequeñas moscas tomando más en cuenta que posiblemente los seres microscópicos podrían estar involucrados en estos resultados. Probó tratando de calentar soluciones a altas temperaturas pero aún así encontró microorganismos demostrando que hasta los pequeños bichos tienen progenitores.

Siempre hubo una pequeña discusión entre Needham que defendía su experimento de caldo de carnero y la generación espontanea y Spallanzani que buscaba la explicación a la llegada de los microorganismos a sus soluciones potencialmente calientes.

Capítulo 3: Louis Pasteur.

Alrededor de 1831 la investigación y desarrollo de la microbiología se vieron truncados. Louis Pasteur nacido en ese mismo año un niño que a su corta edad temía mucho de las personas que morían por rabia, se preguntaba cómo era posible que las personas muriesen de tan horrible forma, posiblemente es uno de los acontecimientos que hasta su edad adulta le incentivaron a la investigación.

Siempre le gustó enseñar a los demás y tener liderazgo, hizo experimentos disparatados pero que si alguno de ellos tuviera éxito serían dignos de un genio.

Descubrió que la fermentación del acido láctico eran pequeños bastoncitos y que la fermentación del alcohol se daba por levaduras, supuso que tal vez entre estos dos microorganismos de dio una lucha por sobrevivir y que la mala fermentación era ocasionada por dichos bastoncitos. Gracias a este experimento es que su esposa y él se fueron a París y creció en conocimientos.

Junto con su compañero Gernez, Pasteur descubrió que los gusanos de seda podían enfermar a causa de parásitos en su interior, y que éstos eran la causa de su enfermedad.

Capítulo 4: Robert Koch.

Koch era un estudiante de medicina que soñaba con ser explorador o médico

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