Consúltalo con la almohada.

Todos alguna vez en nuestra vida hemos llorado, gritado, reído y babeado nuestra almohada, probablemente sea nuestra mejor amiga y testigo de los mejores sueños que hemos tenido.

Algunas son grandes, pequeñas, suaves, duras, de figuras, viejas, nuevas, etc. Pero siempre tenemos nuestra favorita, esta, tiene nuestro aroma, lagrimas, sueños, frustraciones y nuestra baba.

Aún recuerdo la primera vez que la vi, ella estaba en una pila de almohadas en un centro comercial, fue amor a primera vista.

-Almohada, te amo.

Fue lo primero que dije a la hora de empezar el dialogo con ella.

-yo también te amo, aunque me trates tan mal

-pero, ¿Por qué dices eso?

-porque siempre que te enojas, me avientas, me pegas y me gritas; cuando llegas triste, me mojas con tus lagrimas y cuando estas muy cansada, te la pasas horas encima de mi, te amo pero este amor me esta consumiendo.

-no almohada, entiende que tu me haz visto en mis peores y mejores momentos, solo tu sabes: mis secretos mas profundos, mis verdaderos sueños y mis frustraciones, solo tu haces que concilie el sueño en mis días mas difíciles.

-te entiendo, te amo Fernanda

Desde ese momento, todos los días le digo lo importante que es para mi, y procuro pasar mucho tiempo con ella, durmiendo.

De repente, un sonido bastante molesto interrumpió nuestra conversación, era mi alarma.

Todo la conversación con mi almohada fue un sueño, espero que mi colchón no se ponga celoso.

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