Contrabando

En los últimos años de acuerdo a lo expuesto por Ramírez (2014) “el contrabando de gasolina se ha convertido en un problema de seguridad nacional. De lo que se indica según su larga data, la devaluación sostenida del bolívar frente al dólar beneficia cada día más al contrabando de la gasolina que se dirige a Colombia, donde se comercializa a un precio 20 veces por encima del precio venezolano”.

Es por ello, que el 21 de agosto del 2008 se firmó el convenio que acuerda la exportación en la frontera colombiana de 4 millones 500 mil galones de combustible mensuales (2,5 millones de galones salen por Táchira y 2 millones por Zulia), un galón es igual a 3,78 litros. El acuerdo en el que llegaron el gobierno venezolano y el gobierno colombiano, al mismo tiempo de beneficiar la economía y al pueblo del vecino país, busca frenar el contrabando en la frontera, disposición del Gobierno Bolivariano de situar el Chip controlador del suministro de gasolina.

De tal manera, la salida ilegal de derivados del petróleo ha persistido y ha aumentado ya que las cisternas ilegales se unieron a las legales previstas en el acuerdo, al punto que ya se manipulan cantidades que se aproximan a los 40 millones de litros de gasolina, constituyéndose en un desangre fiscal para el Estado venezolano, esto explica la instalación del Chip anticontrabado para fiscalizar el suministro de este vital combustible.

De manera que, el delito de contrabando de gasolina concibe ganancias diarias de millones de bolívares, esta problemática es de gran polémica tanto para las relaciones económicas, como para los pactos de hermandad entre los presidentes de las naciones; este problema crea un ambiente de diferencia entre quienes viven de este negocio ilegal, es decir los llamados "bachaqueros".

Una de las causas fundamentales más evidentes del contrabando de gasolina se debe a que el precio subsidiado de un litro de gasolina venezolana cuesta Bs. 90 ó 95 de este lado de la frontera y en territorio colombiano se vende a unos Bs. 1.400, por lo que hay un diferencial por litro de gasolina contrabandeada y vendida en territorio colombiano a Bs. 1.300 Bolívares por litro, aproximadamente, lo cual implica una enorme ganancia para el contrabandista, de lo cual debe descontar los costos variables impuestos por los sobornos y, desde luego, el transporte que suele ser en grandes gandolas y otras formas de transporte.

Al respecto, el transporte en pimpinas de gasolina o en bombonas de gas podría ser considerado insignificante y marginal. Además, por no pagar aranceles ni pasar por aduanas, se trata de unas ganancias líquidas y descomunales en la práctica. Algo parecido ocurre con el gas, además de los problemas propios de distribución y transporte de un bien tan particular que, como efecto del contrabando de extracción se encuentra escaso y forma parte del desabastecimiento.

Además, según Ramírez (2014),

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