DERECHO A LA EDUCACIÓN.

La publicidad, las etiquetas, los precios, los instructivos, las garantías y, en general, toda la información de los bienes y servicios que le ofrezcan, debe ser oportuna, completa, clara y veraz, de manera que pueda elegir sabiendo qué está comprando. Esto quiere decir que si va a un restaurante, a la hora de traerle la cuenta no puede cobrarle un precio distinto al de la carta o agregar un cargo que no le hayan especificado antes.

DERECHO A LA EDUCACIÓN.

Puede y debe recibir educación en materia de consumo, conocer sus derechos y saber de qué forma lo protege la ley.

También puede organizarse con sus familiares, amigos o vecinos para tomar cursos y talleres que le enseñen a consumir mejor y de una manera más responsable.

DERECHO A ELEGIR.

Al decidirse por un producto o servicio, nadie puede presionarlo, condicionarle la venta de lo que busca a cambio de comprar algo que no quiere, o exigirle pagos o anticipos sin que se haya firmado un contrato. Por ejemplo, no pueden decirle que su hijo no tiene derecho a entrar a clases si lleva un cuaderno distinto a los que venden en la escuela.

DERECHO A NO SER DISCRIMINADO.

Cuando decida comprar un producto o contratar un servicio, no pueden negárselo, discriminarlo o tratarlo mal por su sexo, raza, religión, condición económica, nacionalidad, orientación sexual, por tener alguna discapacidad o cualquier motivo similar. Es decir, nadie puede negarle la entrada a un lugar porque no le guste cómo se ve.

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