DESPEDIDA

La Educación es la mejor herencia que le pueden dar los padres a sus hijos.

Un pueblo puede tener piedras, garrotes, pistolas o cañones; aún así, si no tiene libros está completamente desarmado.

Lo mejor que podemos darle a nuestros hijos es amor y tiempo. El amor y el tiempo no se pueden comprar con dinero y nadie te puede remplazar en la tarea de amar a tus hijos. El amor él lo principal. Y nunca nadie pudo reemplazar el tiempo que pasa con sus hijos, con un buen regalo.

Lo dejo claro, desde mi punto de vista la mejor herencia es el amor que damos a nuestros hijos.

La segunda mejor herencia es la educación. Educar a nuestros hijos es nuestra responsabilidad como padres, no es responsabilidad de la iglesia, no es responsabilidad del gobierno, no es responsabilidad de los abuelos. Educar es una responsabilidad de los padres.

¿Cómo educamos? Principalmente mediante el ejemplo. Si queremos que nuestros hijos nos quieran, debemos quererlos nosotros primero. Si queremos que nuestros hijos sean respetuosos, tenemos que ser respetuosos nosotros primero. Si queremos que nuestros hijos amen la lectura, debemos amar la lectura nosotros primero.

Por eso educar a un hijo, en el sentido amplio de la palabra, no es caro. Pero si es difícil, es muy difícil moldearnos a nosotros mismos con el propósito de ser ejemplares. Esto lleva tiempo y humildad, la humildad de reconocer nuestros propios errores y tratar de mejorar. Nuestros hijos no nos piden perfección, nos piden coherencia y humildad. Dos cualidades preciosas pero difíciles.

La estimulación adecuada brinda a tu hijo la oportunidad de aprender a aprender. Y aprender a aprender es un regalo para toda la vida.

En estos tiempos de crisis e incertidumbre, las cosas materiales pueden desaparecer de un momento a otro, pero la capacidad de aprender nos acompaña toda la vida. Nos hace más adaptables y discernidores. Nos prepara para los cambios.

LA EDUCACION NO CAMBIA EL MUNDO: CAMBIA ALAS PERSONAS QUE VAN A CAMBIAR EL MUNDO. PAULO FREIRE.

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