El Comerciante

¿Por qué a mí?, pasa por la mente de una mujer que no puede concebir, es una lucha

en la que se siente sola con la sensación de “nada tiene sentido en mi vida”, se da la

depresión, ansiedad, enfado, a pesar de que esto sea relativo hacia cada persona, pero es

necesario comprender que el tratamiento no sea visto como la última opción de ser mamá,

donde la tristeza versus la esperanza se hacen presentes, sino esperar con optimismo y saber

que hay algo más allá. Aun así para una mujer en flor de su madurez esencialmente debe

aprender a decir “basta” y saber detenerse, ya que es sano saber el camino recorrido y

preservar la fuerza física y mental que conlleva esto. Que la feminidad no está netamente

relacionado con la maternidad específicamente visto desde una cultura que con su ojo

crítico juzga, y conocer que la construcción de ser madre va más allá de estilos de crianza

sino de satisfacer la necesidad del deseo de la maternidad.

Pero no sólo la mujer está inmersa en este deseo, ya que en la procreación están en

juego importantes aspectos de la existencia humana, tanto la dignidad de la persona que

será concebida de una forma artificial y la dignidad de la decisión tomada, estas situaciones

son complementarias y van juntas de la mano, que tienen el objetivo común de ser familia,

aunque solo una de las partes es formada de libre albedrío. Uno de los aspectos que se tiene

en cuenta en la fecundación asistida es el vínculo que se pueda dar entre el niño y la madre

no biológica. “Las diferencias fisonómicas pueden llevar a confundir al niño en su

identidad. Una vez más, los padres pueden adoptar actitudes diferentes: le dirán o no la

verdad sobre sus orígenes. Algunos argumentan que no hay justificación para mantener esa

información en secreto, porque puede afectar las relaciones en el núcleo familiar. (Weil,

1997, pp.9).

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FECUNDACIÓN

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