El arte

El arte nos recuerda que el acto de observar intensamente, de abrir la sensibilidad al entorno, produce una recompensa cualitativa en la vida.

Puesto que el arte es disfrutable, tanto lo visual, lo plástico, a música es encontrar los contornos, las siluetas, la armonía, concordancia, los sentimientos y la comunicación que muchas veces se da sin palabras pero se siente tanto como las palabras en el oído, te hace más humano y te hace

reconsiderar la vida; ayuda a alcanzar tus fines y te recuerda quien eres, le da

sentido a la vida y a los hechos, te abre los ojos y rompe fronteras, crea

puentes y deshace idiomas, te hace sentir el corazón, la mente, el alma y la

ciencia en una sola palabra: arte.

Las artes, o las actividades artísticas, tienen una gran influencia en el desarrollo intelectual del niño.

Un ejemplo puede ser la práctica de dar a escuchar a los niños pequeños música clásica (Mozart, Vivaldi…) puesto que se ha demostrado que estos niños desarrollan un gusto por la música además de despertar las facultades cognoscitivas.

La danza (baile), la música, las artes visuales, el drama, al igual que la

aritmética y la lengua escrita y hablada, son formas de expresión con una

sintaxis, una gramática y una arquitectura de organización.

La gente aprende a ver estéticamente cuando se le da la oportunidad de aprender a mirarse artísticamente.

Es decir, cuando le das la oportunidad a un niño de participar en un bailable, no solamente sirve para que fortalezca sus capacidades de motricidad gruesa y fina, y estimule el sistema psicomotor, sino que a su vez él puede observarse y sentirse a sí mismo en armonía con la música y con sus compañeros, además puede comenzar a apreciar el baile como una actividad social-cultural disfrutable que transmite emociones y sentimientos, así como reconforta el alma.

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