Emesis Hiperemesis E Hiperacidez
kattylucely17 de Abril de 2014
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INTRODUCCION
Las náuseas y los vómitos en las fases precoces del embarazo son un fenómeno extremadamente frecuente, afectan aproximadamente a algo más de la mitad (40%-60%) de las gestantes y son más comunes entre las semanas 6-14 de gestación (suelen resolverse antes de las 16-20 semanas), aunque en un 20% persisten en el segundo y tercer trimestres. En la mayor parte de los casos se mantiene la hidratación y la nutrición por medio de un alivio farmacológico de los síntomas o con ligeros ajustes en la dieta (comidas frecuentes y poco copiosas). El 0,25%-0,5% sufren una verdadera hiperémesis gravídica (vómitos incoercibles que impiden una correcta alimentación, ocasionando una pérdida de peso del 5% o más), que no responde al tratamiento sintomático y se caracteriza por una progresiva deshidratación. La hiperacidez de estómago después de las comidas es un trastorno frecuente durante el embarazo. El ardor de estómago típico del embarazo se debe al aumento de progesterona, hormona que estimula la sobreproducción de jugos gástricos. La molestia se agudiza en el tercer trimestre, cuando el peso de la barriga incide en el estómago de la futura mamá y favorece el reflujo gastroesofágico, es decir, el ascenso del contenido del estómago a través del esófago durante la digestión.
Estas patologías son más frecuente en primigestas, adolescentes, solteras, obesas, no fumadoras. Dado que es un problema muy frecuente y molesto para la embarazada en sus primeros meses de gestación, es al médico de Atención Primaria al que posiblemente va a acudir la paciente, en muchas ocasiones angustiada.
El proceso de vómito tiene dos etapas, la primera fase o fase pre-eyectiva, donde se suele presentar malestar, náuseas, palidez. Todo ello controlado por el sistema parasimpático.
La náusea es una sensación desagradable con deseo de vomitar, y que se refiere en la zona proximal del estómago o la garganta.
En esta primera fase, se sufren también las arcadas, que son contracciones rítmicas de los músculos respiratorios, diafragma, músculos del tórax y abdomen, generando presión para producir el vómito.
Es en la segunda fase o fase eyectiva donde se produce el vómito.
Náuseas y vómitos en el embarazo
Los vómitos durante el embarazo no se consideran una patología. Sus síntomas varían de ligeros a moderados, sin influir de manera alguna en el desarrollo del embrión o en la salud de la madre.
Si los vómitos aparecen de modo excesivo, se pueden presentar síntomas más graves, como pérdida de peso, deshidratación, desequilibrio electrolítico, pero esto solo ocurre en el 1-2% de las mujeres embarazadas.
Prevalencia
Afectan entre 50-80% de las embarazadas y son más comunes hasta la semana 14 de la gestación, a veces pueden persistir hasta el tercer trimestre.
En España, alrededor de un 60% de las gestantes sufren náuseas y un 33% presentan vómitos.
Factores de riesgo
Hay personas más predispuestas a padecer los síntomas de la emesis del embarazo, como son las mujeres primíparas, jóvenes o con un gran aumento de peso en el embarazo, antecedentes de emesis tras la toma de anticoncetivos orales y antecedentes de náuseas y vómitos asociados a migraña.
¿Cómo afecta a la vida diaria?
Puede ser que la vida laboral se vea afectada por la presentación de los vómitos, perdiendo tiempo del trabajo, disminuyendo el rendimiento e incluso siendo motivo de incapacidad temporal (baja médica).
Estos síntomas pueden afectar a la vida familiar y al estado de ánimo de la embarazada.
Tratamiento
Lo primero sería descartar que no haya otros factores diferentes al embarazo que pudieran provocar los vómitos, en ese caso se tratarían las causas identificadas.
La primera actuación ante la emesis gestacional será el cambio de dieta y el soporte emocional,conocer la historia de la paciente, si los vómitos son por la mañana, como le afectan en su rutina, etc.
A veces, es tan simple como no levantarse de la cama sin antes haber comido alguna cosa, aunque tan solo sea una galleta.
Si los cambios de hábitos no reducen la frecuencia y/o intensidad de la emesis, el médico valorará comenzar con un tratamiento farmacológico, el cual, no es perjudicial para el correcto desarrollo del embarazo. En la mayoría de los casos, el problema queda, si no resuelto, paliado con la medicación.
Si llegado a este punto, la situación no está controlada, el facultativo, probablemente, derive a la paciente al hospital para un estudio complementario y su tratamiento hospitalario si fuese necesario.
Durante el primer trimestre del embarazo, muchas mujeres experimentan episodios de náuseas y vómitos, conocidos como "náuseas del embarazo" o "vómitos matutinos". Se cree que la causa de las náuseas y el vómito durante el embarazo es una elevación rápida de los niveles sanguíneos de la gonadotropina coriónica humana (GCH), la cual es secretada por la placenta.
A pesar de la segunda expresión, las náuseas y los vómitos pueden ocurrir en cualquier momento del día o de la noche. Suelen iniciarse alrededor de la sexta semana de embarazo, alcanzan su máxima expresión en torno a la novena semana y desparecen entre las semanas 16 y 18. Aunque resulten molestas, las náuseas del embarazo se consideran una parte normal de un embarazo sano.
Pero lo que no es normal es cuando las náuseas del embarazo son tan frecuentes e intensas que la mujer vomita de forma persistente varias veces al día, pierde peso y se deshidrata o corre el riesgo de deshidratarse.
Cuando esta afección relacionada con el embarazo no se trata, puede interferir considerablemente en la salud de la mujer y en las posibilidades de que su bebé se desarrolle con normalidad.
Sobre las náuseas del embarazo de carácter grave:
La forma de expresar médicamente las náuseas del embarazo de carácter grave es "hiperémesis gravídica" (que significa "vómitos excesivos durante el embarazo"). Suele seguir una secuencia temporal similar a las náuseas del embarazo, aunque suele iniciase antes, entre la cuarta y la quinta semana y durar más tiempo.
A pesar de que algunas mujeres con náuseas del embrazo de carácter grave se encuentran mejor cuando concluye la primera mitad del embarazo (en torno a la vigésima semana), algunas las siguen experimentando durante todo el embarazo. A menudo, los síntomas pierden intensidad conforme va avanzando la gestación.
En la mayoría de las ocasiones, la hiperémesis gravídica ocurre durante el primer embarazo de una mujer. Lamentablemente, las mujeres que presentan esta afección en un embarazo son más proclives a volverla a presentar en embarazos posteriores.
Causas
No se conoce la causa exacta de la hiperémesis gravídica. Las investigaciones sugieren que esta afección podría estar relacionada con los cambios hormonales que ocurren durante el embarazo. En concreto, una hormona denominada gonadotropina coriónica humana, o GCH, podría ser la culpable puesto que esta afección ocurre prioritariamente cuando las concentraciones de GCH son mayores en el cuerpo de la mujer.
La hiperémesis gravídica también podría ser hereditaria, ya que es más frecuente en las mujeres cuyas familiares cercanas (madres y hermanas) la han padecido.
Factores de riesgo
Hay ciertos factores que pueden aumentar las probabilidades de que una mujer presente hiperémesis gravídica durante el embarazo. Aparte de presentar antecedentes personales o familiares de esta afección, los siguientes factores pueden incrementar el riesgo de padecerla:
• Embarazo múltiple (gemelos o mellizos)
• Antecedentes de mareo por movimiento o cinetosis
• Dolores de cabeza tipo migraña acompañados de náuseas o vómitos
Efectos
Las náuseas y vómitos propios de esta afección son tan intensos que pueden tener efectos nocivos tanto sobre la madre como sobre el bebé. La incapacidad de retener los alimentos tras la ingesta dificulta que una mujer satisfaga sus necesidades nutricionales. Consecuentemente, puede perder peso. Y la pérdida de líquidos, acompañada de la pérdida de jugos gástricos durante los vómitos, también puede provocar deshidratación y desequilibrios electrolíticos.
Si una mujer con hiperémesis gravídica no recibe tratamiento, esta afección puede provocarle muchas complicaciones, incluyendo la insuficiencia de algunos órganos y el parto prematuro del bebé.
Tratamiento
Actualmente no hay fármacos aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) para el tratamiento de las náuseas del embarazo, aunque varios medicamentos pueden ayudar. Primero, existen varios métodos con dietas, estilo de vida y medicina alternativa que pueden ayudar. Si no está mejorando, hable con su médico: esperar a que se sienta completamente mal puede hacer que los síntomas sean más difíciles de tratar.
Dieta:
• Consuma una dieta rica en proteína y carbohidratos complejos. Pruebe con rebanadas de manzana o trozos de apio con mantequilla de maní; nueces; queso y galletas saladas; así como leche, queso cottage (requesón) y yogur. Alimentos blandos como gelatina, postres congelados, caldos, gaseosa de jengibre y galletas saladas también proporcionan alivio al estómago
• Evite ingerir comidas grasosas. Estudios recientes
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