Enfermera

Tengo el deseo, y siento la necesidad para vivir, de otra sociedad que la que me rodea. Como la mayoría de los hombres, puedo vivir en esta y acomodarme a ella – en todo caso, heme aquí viviendo en ella.

Por más que intente mirarme críticamente, ni mi capacidad de adaptación, ni mi asimilación de la vida me parecen inferiores a la medida sociológica. No pido inmortalidad, la ubicuidad, la omnisciencia.

No pido que la sociedad “me de la felicidad”; sé que no es esto una ración que pueda ser repartida por el municipio o el consejo obrero del barrio, y que, si es que existe, nadie más que yo puede confeccionármela, a mi medida, como ya me ha sucedido y volverá, sin duda, a sucederme.

Pero en la vida, tal cómo está hecha para mí y para los demás, topo con una multitud de cosas inadmisibles; afirmo que no son fatales y que revelan la actual organización de la sociedad.

Deseo, y pido, que mi trabajo, en primer lugar, tenga un sentido, que yo pueda aprobar para qué sirve y cómo se hace, que me permita prodigarme en él realmente y hacer uso de mis facultades, tanto como enriquecerme y desarrollarme.

“Tengo el deseo, y siento la necesidad para vivir, de otra sociedad que la que me rodea. Como la mayoría de los hombres, puedo vivir en esta y acomodarme a ella – en todo caso, heme aquí viviendo en ella.

Por más que intente mirarme críticamente, ni mi capacidad de adaptación, ni mi asimilación de la vida me parecen inferiores a la medida sociológica. No pido inmortalidad, la ubicuidad, la omnisciencia.

No pido que la sociedad “me de la felicidad”; sé que no es esto una ración que pueda ser repartida por el municipio o el consejo obrero del barrio, y que, si es que existe, nadie más que yo puede confeccionármela, a mi medida, como ya me ha sucedido y volverá, sin duda, a sucederme.

Pero en la vida, tal cómo está hecha para mí y para los demás, topo con una multitud de cosas inadmisibles; afirmo que no son fatales y que revelan la actual organización de la sociedad.

Deseo, y pido, que mi trabajo, en primer lugar, tenga un sentido, que yo pueda aprobar para qué sirve y cómo se hace, que me permita prodigarme en él realmente y hacer uso de mis facultades, tanto como

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