Es un poema sinfónico compuesto por el francés Claude Debussy en 1894

Es un poema sinfónico compuesto por el francés Claude Debussy en 1894, inspirado en el poema de Stéphane Mallarmé “La siesta de un fauno”. En un principio Debussy quería hacer una obra de tres partes: Preludio, Interludio y Paráfisis final, de las cuales solo llevo a cabo la primera, que se convertiría en una de sus más grandes composiciones. Se estreno el 22 de diciembre de 1894 en uno de los conciertos de la “Société Nationale de Musique” dirigida por Gustavo Doret.

Debussy estuvo fundamentalmente influenciado por Wagner, cuya música logro impresionarlo por ser suficientemente intensa, imaginativa y moderna. Además los poetas simbolistas con los que se encontraba relacionado en aquel momento, consideraban a Wagner como un Dios, Mallarmé y Verlaine escribieron poemas ditirámbicos para él. También dentro de sus influencias se encuentran Liszt y Chopin, a quienes se les atribuye el trasfondo romántico presente en las obras de Debussy. También como algunos compositores del final del siglo XIX buscaba soluciones a sus dilemas artísticos en lo exótico, compositores rusos como Mussorgsky y las extrañas melodías asiáticas, javanesas y annamitas con las que había entrado en contacto en 1889. A su vez también encontró inspiración en músicos de su propio tiempo como Erik Satie, Igor Stravinsky y Maurice Ravel.

Debussy negó ser un compositor impresionista, ya que no abarca todo su arte y no es su elemento fundamental, sin embargo una fuente inspiradora para él fue la naturaleza y las impresiones que ella despertaba en el, transpone en música sensaciones visuales o auditivas vividas en la presencia de ella, la insistencia con la que él se dedicaba a sus obras nos hace pensar en la primacía que los pintores impresionistas la daban al paisaje. En el preludio a la siesta de un fauno Debussy actúa con las mismas pretensiones que un pintor impresionista en un paisaje, Inspirándose en composiciones orientales y exóticas, creó en la misma una sonoridad nueva que, aunque huía de la tonalidad, perseguía dar forma a una melodía definida. Un paisaje que otros creadores ya habían plasmado con otros lenguajes, el alma de un fauno soñando en medio del bosque.

...