Fria Como La Luna

Fuiste la certeza de que puedo sentir, de que puedo amar, tal vez fría, seca de emociones o con dolor, pero puedo, y fuiste la certeza de que eso que sentí debo buscarlo en alguien más, porque somos imposibles, así como lo que se quiere y no se puede.

Así como la Luna y el Sol, la historia cuenta que viven con una maldición, se aman, pero no pueden estar juntos, distantes, pero enamorados, amores imposibles igual que el nuestro. Porque el amor a veces no se explica ni se puede entender aunque así se desee.

Me enseñaron a apreciar lo poco y nada que tenía y ser feliz con eso, pero tuve la suerte de conocerte, de crecer y compartir parte de mi vida con vos, pero siempre vas a ser mi Luna, mi grande y fría Luna, lejana, distante, brillante como nada que jamás haya visto, y hermosa, tan hermosa como siempre fuiste, pero debo admitir que no fui el único que te miro con esos ojos, esos ojos de enamorado, esos ojos de sorpresa al apreciar tal belleza como la tuya mi querida Luna, pero también debo admitir que fui el único en caer en tu trampa, y varias noches en vela me pregunté como algo tan oscuro, puede tener partes que brillen? Porque aunque caí en la trampa de amarte, también aprendí muchas cosas mientras recorría tus laberintos en busca de la salida que llegara a tu corazón, aquel frio corazón, que marcó el comienzo y el final del mío, ya que fuiste quien lo encendió, pero también quien lo apagó.

En este camino de la vida donde siempre me sentí muerto, fuiste lo único que me despertaba en las mañanas, la única, que me hacía sentir vivo, la única que encendió en mi la llama del amor, para después terminar apagándola, porque? Porque a mí? Si te mostré tanto amor mi Luna, porque ser tal fría como la nieve? Admito también que intente derretir tu frio corazón, pero descubrí, después de caminar por el laberinto de tu cuerpo durante tanto tiempo, que el Sol, nunca logró alcanzar a la Luna…

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