Huracan

La población estaba asustada, algunos hasta pensaban que era el fin del mundo, ya que los vientos huracanados tumbaban lo mismo que árboles o anuncios panorámicos, era impresionante como el viento jugaba con los cuerpos de quienes nos atrevimos a retar al fenómeno meteorológico al caminar por las calles desérticas de la ciudad, con tal de ser testigos de primera mano de lo que acontecía.

Era muy triste el ver cuánta gente se quedaba sin su patrimonio, ya sea desde un modesto coche hasta las humildes casas que eran arrastradas por la furia del Huracán Alex, me tocó ver en esos días a mucha gente llorando por que se habían quedado literalmente en la calle, y de las cuales muchas de ellas siguen hasta la fecha sufriendo las consecuencias de este huracán.

Las escuelas suspendieron las clases, la mayoría de las empresas dejaron de funcionar con tal de darle seguridad a sus trabajadores para que no se arriesgaran en los traslados, el Gobierno de Nuevo León se puso a la altura de los hechos e implementó los programas necesarios para este tipo de contingencias, al igual el Ejército y la Marina hicieron lo propio.

Ni que decir de aquellos nuevoleoneses valientes que salieron a las calles a ayudar a los más necesitados, mucha gente solidaria aportó de inmediato víveres para aquellos que ya no tenían nada.

Recuerdo que me tocó ver cuando un coche estaba siendo arrastrado en calles del municipio de Santa Catarina, en él iba una familia, de inmediato un trailero se le atravesó para detenerlo, y gracias a eso la familia pudo salvar la vida, en otro caso me tocó colaborar para sacar a un taxista que estaba siendo también arrastrado por la fuerza del agua que venía de picada en el sector Cumbres, al momento de sacar con bien al taxista que estaba con una sonrisa nerviosa, y su auto que estaba atorado con otro carro fue arrastrado hacia un vado, y en ese momento el chofer partió en llanto al darse cuenta que hubiera muerto al interior de su taxi.

...