LO BÁSICO DE LOS SISTEMAS

LO BÁSICO DE LOS SISTEMAS

A lo largo del tiempo la realidad ha sido concebida de una manera simple o lineal; mediante el reduccionismo se ha llevado a pensar las cosas de una manera “lógica” que determina, en la mayoría de los casos, una comprensión de las características de algún fenómeno, pero no da paso a una interpretación profunda de los mismos. En lugar de capacitarnos para intuir el mundo como sistema, se nos ha enseñado a trazar caminos directos para el entendimiento de lo que nos rodea.

Perfeccionar las habilidades para la comprensión de la realidad ha sido uno de los principales temas que expone Donella Meadows en su obra Thinking in the systems; a través del pensamiento sistémico se logra indagar el todo como sistemas que se desarrollan en un caos (universo) y se desenvuelven como procesos o fenómenos que cambian constantemente, que se constituyen de elementos y que poseen una función o propósito.

Romper la idea del determinismo, es el principal objetivo del pensamiento sistémico. Si se quiere concebir la realidad desde una perspectiva más amplia hay que entenderlo todo como parte de un conjunto global, partes que emergen y se relacionan entre sí. Se requiere de profundizar los problemas globales.

Para lograr una buena interpretación, como menciona Meadows, se debe tener en cuenta tanto lo tangible como lo intangible de un sistema, pues ambos constituyen los elementos que lo componen y a la vez generan una relación, que no necesariamente es expresada explícitamente, pues en ocasiones es necesario observarlo por un tiempo para dar cuenta del comportamiento de dicho sistema.

Si las interconexiones que posee el sistema cambian, este es afectado en gran medida, así pues, como sistema se emerge en un caos o universo y se moldea dependiendo el mundo o sujetos.

Por otro lado, la función que debe cumplir un sistema es lo que determina en mayor medida el comportamiento del mismo. La idea de que se perpetúe o se pueda regenerar es el principal propósito de estos; las acciones son la base de este proceso, todo lo que los individuos ejecutan en un sistema determinado, a la vez se produce como un proceso de retroalimentación, es decir, las acciones poseen la capacidad de reproducirse o reforzarse a sí mismas.

A modo de conclusión, podemos dar cuenta de cómo el pensamiento sistémico nos conduce a la eficacia; indagar hasta el último detalle nos conlleva a saber con más exactitud. La complejidad entonces, exige un análisis del mayor número de dimensiones posibles y es la incertidumbre la que permite ahondar en el conocimiento de dichos sistemas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

• Meadows, D (2008). Thinking in the systems. Chelsea Green Publishing. 240 páginas.

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