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Leyenda del Ajusco


Enviado por   •  28 de Mayo de 2017  •  Apuntes  •  362 Palabras (2 Páginas)  •  991 Visitas

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El paraíso.

Hace mucho en el pueblo del Ajusco, vivía un hombre, que trabajaba repartiendo agua en todo el pueblo. Tal vez parecía un hombre común y corriente, pero en realidad, guardaba un secreto, que hasta el momento no ha rebelado.

José era su nombre, era el aguador del pueblo, y como toda su vida había vivido en el Ajusco, toda la gente lo quería. Él tenía muchos animales, como vacas, cerdos, caballos, pollos y conejos.

Un día José decidió llevar a apastar a sus borregos en su caballo al cerro del Ajusco, todo marchaba muy bien, cuando de repente comenzó a tener lagunas mentales de su infancia. Recordó como antes no sabía hablar y todos le decían salvaje, por cazar animales salvajes y de cómo su madre le rezaba a santo tomas para que él pudiera hablar, y también de como un día saco a pedradas a unos hombres que pretendían talar árboles del cerro.

Entonces, a lo lejos comenzó a ver una luz muy brillante; decidió seguir esta luz. Cuando comenzaba a acercarse observo a un hombre muy extraño, era muy blanco, tenía una barba muy larga y blanca, vestía una túnica blanca y nos huaraches.

Aquel hombre se le acercó y le dijo:

  • No tengas miedo José, acércate, te tengo que decir algo.

José se acercó temeroso.

Aquel hombre le dijo:

  • Sabes hijo, aún recuerdo aquel día en el que protegiste este bello cerro de hombres malos y he visto que eres un hombre de bien, como recompensa te daré una llave que lleva a un lugar, un lugar precioso, pero eso si debes de jurarme que a nadie le vas a rebelar el camino a este lugar.

José lo juro, y siguió al misterioso hombre al centro del cerro.

Llegaron al lugar, y se encontraba una puerta enorme de oro. El hombre le dio la llave a José y desapareció. José entró a aquel lugar y cuando abrió la puerta se quedó estupefacto, había todo tipo de vegetación y árboles frutales, toda clase de alimentos y de animales, había una enorme cascada.

El tiempo paso, José envejeció y dejó de ir a ese bello lugar y nunca le rebelo a nadie el camino a este paraíso.

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