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Los Tres Cerditos


Enviado por   •  9 de Diciembre de 2013  •  752 Palabras (4 Páginas)  •  325 Visitas

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Los tres cerditos y el lobo feroz

-Narrador: Había una vez tres cerditos que eran hermanos y vivían en el corazón del bosque. El lobo siempre andaba persiguiéndolos para comérselos. Para escapar del lobo, los cerditos decidieron hacerse una casa. A todos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita.

-Tontín: La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad. Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.

-Narrador: El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:

-Perezoso: Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, construiré mi casa en un santiamén con todos estos troncos y me iré también a jugar.

-Narrador: El mayor decidió construir su casa con ladrillos.

-Trabajador: Aunque me cueste mucho esfuerzo, construiré mi casa de ladrillos, será muy fuerte y resistente, y dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las bellotas y hacer caldo de zanahorias.

-Narrador: Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema:

-cerditos: ¡No nos comerá el Lobo Feroz! ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz!

Entonces surgió de detrás de un árbol grande el lobo, rugiendo de hambre y gritando:

-Lobo feroz: Cerditos, ¡os voy a comer!

-Narrador: Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo.

-Narrado: pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y en la puerta aulló y dijo:

-Lobo feroz: ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!

-Narrador: Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja derribó.

-tontín: mi casa ¡no! El lobo me va a comer.

Narrador: El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano mediano.

-Lobo feroz: cerditos ábranme la puerta o tendré que derribarla

-Tontín y perezoso: ¡No nos comerá el Lobo Feroz! ¡En casa no puede entrar el Lobo Feroz.

-Narrador: De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:

-Lobo feroz: ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré! La madera crujió, y las paredes cayeron y entonces los dos cerditos corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo del hermano

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