Mis Acciones Hablan De Mi Familia

“La familia es el núcleo de la sociedad”. Según me cuentan mis padres, esta definición se ha enseñado por generaciones enteras y aunque pareciera una definición simple, abarca más de lo que aparenta.

Mi nombre es Abel y soy un joven, que está descubriendo el mundo por medio de muchas vertientes: Mi familia, la escuela, la iglesia, mis amigos y los medios de comunicación. En un principio el distinguir entre lo bueno y lo malo, siempre se regía por el criterio de mis padres, pero al ir creciendo, e ir conociendo otras formas de pensar y otras formas de vivir me han ido forjando un criterio propio.

Imaginen ustedes la sociedad que tendríamos si todos los individuos fueron formados en el núcleo de una familia y en todas las familias se cultivaran valores tales como el respeto, el amor, el trabajo, la generosidad y otros similares, sin duda alguna haría la diferencia ¿No lo creen?

No habría guerras ni corrupción, robos, engaños ni violencia, ni muchas otras malas acciones cometidas por gente que simplemente, no fue criada en un ambiente familiar bueno y estable, se viviría un contexto de absoluta concordia y armonía.

Las acciones negativas que cometen las personas, son generalmente provocadas porque su núcleo familiar no era del todo bueno, porque vivieron situaciones difíciles que no han podido superar y no hubo el apoyo familiar necesario para sortear los conflictos que la vida les planteó.

En cambio, si una persona hace el bien, es resultado de una familia integrada, que desde pequeño fue formándolo en el discernir entre lo bueno y lo malo, una persona que creció abrazado por el ambiente de una familia donde sus buenas ideas fueron apoyadas, y las malas fueron analizadas, modificadas e incluso suprimidas, un ser humano que por supuesto posee muchas cualidades y actitudes positivas que provienen desde sus padres o por qué no, desde sus abuelos.

Con estas palabras, pretendo enunciar que todas o muchas de las acciones que cometemos como individuos, acciones positivas o negativas, tienen su raíz en el núcleo familiar, es decir, si un ciudadano es violento, muy seguramente el resto de su familia también lo sea; dicho de otro modo, dime cómo eres y sabré como es tu familia.

Por eso, sabemos que todo lo bueno y malo que hacemos, se lo debemos a nuestra familia, justo como lo dijo la escritora Martha Alicia Chávez en su libro “tus hijos… tu espejo”. “Los hijos son el reflejo de los padres”.

Hoy estoy convencido, que debo ser un buen estudiante, que tengo que hacer deporte, que debo cuidar mi entorno, que debo tolerar y respetar a los demás aunque sus formas de ser o pensar, no estén acordes a lo que yo sea o piense, pero también, sé que los demás deben respetarme tal y como soy.

En fin, aunque aún soy muy joven y sé que me falta mucho por vivir y

...