Misterio Del Pueblo

El misterio del pueblo

Es un lugar lúgubre en donde la noche dura más que el día, las montañas rodean el pueblo y por las calles hay miles de olas de niebla.

Despierto en el cuarto de mis padres porque hace tres días que me mude a este lugar muy alejado de donde yo antes vivía, me levanto y me cepillo mi largo y castaño cabello, luego bajo para comer una torta de la heladera, entonces escucho una voz que me dice:

- Amy ponte una remera limpia

- Mamá pero ¡para que!

- Porque vas a la escuela

- Pero odio la nueva escuela

- Lo siento y también ponte una campera

- Si, está bien

Voy a mi cuarto me cambio y me quito las lagañas de los ojos, despues escucho a mi papá que me dice:

- Hey pequeña pibe ¿te llevo en el auto?

- No, voy a ir por la veneda

- Ten no olvides tu guita para el lonche

Mientras caminaba mire muchos chocos muertos, pero no me lo esperaba de este pueblo que tiene la gente más loca y rara, claro excepto por mis únicos amigos Tania y Alan que aunque siempre dicen puras pavadas me caen bien y por supuesto mi che Lupus, es un lindo, groso, y negro gato.

Al llegar mis dos amigos estaban sentados platicando, cuando me ven llegar me saludan.

- Hey Amy ¿Cómo te va?

- ¿en serio quieres saber?

- Jajaja hay Amy; carcajeo Alan

- Chicos vamos a llegar tarde; dijo Tania

- Piola

Cuando empezamos las clases la maestra nos conto una historia sobre un chorro y una cana que hacían muy bien su trabajo también nos hablo sobre que es malo afronar las cosas de otros.

Después pedí permiso de ir al baño, cuando llegue vi una mina señalándome, si no hubiera notado que tiene apariencia a muerto y que tampoco tiene pies le hubiera gritado, después aparecieron muchas minas más y me gritaron:

- ¡Tú eres la siguiente!

No lo pensé dos veces para salir corriendo del baño para llegar al salón, cuando la maestra me vio dijo:

- Amy ¡que pasa!

- En en el ba baño ¡estan fantasmas!

Después de decir lo del suceso nadie me dirigió la mirada mucho menos me hablaron, solamente continuamos con el laburo. Hasta que llego el recreo Alan y Tania me dijeron preocupados:

- Después de tomar un tinto

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