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Odontogramas

jmartinezu30 de Agosto de 2013

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APLICACIÓN DE LA ODONTOLOGIA FORENSE EN CENTROS PENITENCIARIOS

INTRODUCCION.

La odontología forense, la ciencia de emplear la información dental para identificar a una persona fallecida, ha existido desde el siglo primero de la era cristiana. Desde ese entonces, este campo de estudio ha crecido hasta convertirse en una ciencia reconocida a nivel mundial por organizaciones tales como la Sociedad Estadounidense de Odontología Forense. Ésta es útil tanto para condenar a los criminales en las cortes como para identificar a las víctimas de los desastres naturales. El registro más antiguo de un individuo que fue identificado en base a un examen dental data del año 66 d. C., cuando la madre de Nerón aceptó la cabeza de Lolia Paulina como prueba de su muerte basada en la decoloración de sus dientes. La práctica antigua de la odontología forense se menciona en la información histórica de la Edad Media. En esta época, los registros dentales fueron utilizados para identificar a John Talbot, un soldado que fue asesinado en la Batalla de Castillón.(1)

La práctica de la odontología forense fue responsable de algunos de los avances más significativos durante la mitad del siglo veinte. Dos odontólogos forenses (Welty y Glasgow) desarrollaron un sistema mediante el cual los registros dentales podían ser examinados rápidamente con el uso de un sistema de tarjetas utilizadas en un computador. Este invento hizo avanzar significativamente procesos odontológicos forenses, haciendo que el mismo fuera más preciso y fácil de usar. Este proceso luego se perfeccionó a medida que se utilizaba para identificar los restos humanos en un amplio número de desastres a gran escala. La odontología forense se ha usado para reconocer víctimas de eventos tales como los ataques del World Trade Center en 2001 (2), en los cuales, a menudo, la única parte de los cuerpos que se conservó después de la destrucción fueron los dientes. Si bien las huellas digitales siguen siendo el método preferido para la identificación de víctimas, la odontología forense ha demostrado ser muy útil en muchos casos. Ésta ha sido reconocida oficialmente por la Sociedad Estadounidense de Odontología Forense.

La necesidad de futuros avances

La práctica de la odontología forense tiene lugar para avances en varios niveles. Por ejemplo, los registros dentales sólo se usan cuando los científicos tienen una duda razonable acerca de a quién podrían pertenecerle los dientes. A manera de ejemplo, los especialistas forenses que desean identificar los restos de un cuerpo procedente de un accidente aéreo primero tienen que reducir la lista de víctimas a partir de los nombres de las personas que abordaron el avión. A medida que la ciencia mejora, los científicos forenses podrían ser capaces de comparar los registros dentales de la misma manera que comparan las huellas digitales (3)

• 1.- Biology Online.org: la historia detrás de la odontología forense 2.- Asociación Internacional para la Identificación: odontología forense 3.-Asociación Internacional para la Identificación: historia de la Asociación Internacional para la Identificación

ANTECEDENTES EN BOLIVIA.

El constante avance de las técnicas en identificación personal, lleva consigo una modernización y una estandarización de los protocolos regionales y nacionales, Bolivia es sin duda un país donde los problemas de hacinamiento en las cárceles no escapa al conocimiento de la sociedad en pleno así como la falta de implementación de mecanismos de control e identificación que brinden una base de datos que podría ser construida mediante uno de los mecanismos basados en las cartillas de identificación dental, la falta de normas y leyes en cuanto a ese tema creo que se convierte en un punto flaco para la estructuración de políticas encaminadas a mantener una información actualizada y confiable para procedimientos posteriores.

Paises vecinos como el Perú(4) o México(5), cuentan con una base de datos dentales registrados en los respectivos historiales clínicos avalados por disposiciones legales con normativas vigentes, por esas consideraciones es necesario contar con una normativa legal que faculte a la realización por medio de los dentistas de odontogramas en sus respectivos historiales médicos.

OBJETIVOS

Objetivos generales.

1. Proponer una normativa legal que faculte a los odontólogos la toma de cartillas dentales ODONTOGRAMAS y su respectiva historia clínica dental a todos los internos de los centros penitenciarios de Bolivia

Objetivos específicos

1. Estandarizar el protocolo de atención y obtención de los odontogramas así como la nomenclatura empleada para su elaboración, con el fin de manejar criterios de valoración uniformes en el contexto nacional e internacional.

2. Establecer criterios únicos en el abordaje y el diagnostico de las patologías dentales así como su manejo y su implementación y difusión según el caso amerite, para instancias legales, de formación y otras.

4.- Ley Nº 26842, Ley General de Salud (PERU)

5.- La integración del expediente odontológico se ajustará a lo previsto en el numeral 8.3.4 de la NOM-013-SSA2-1994 Para la Prevención y Control de Enfermedades Bucales, (MEXICO)

MARCO TEORICO

Podemos resumir la historia de la identificación en tres etapas: una, rudimentaria o primitiva, que se podría designar con el nombre de descriptiva; la segunda, científi ca, que se inicia en 1879 con el bertillonaje, y la tercera etapa, que se inicia hacia 1891, cuando se adopta en Buenos Aires, Argentina, el sistema de impresiones digitales de Vucetich (Reyes, op. cit., p. 1).

La etapa rudimentaria se destacó por la descripción de ciertas características físicas, ya sean naturales o adquiridas, que identifi caran a un sujeto. Siendo un procedimiento relativamente fácil, la desventaja radicaba en que tales características podían ser modifi cables; e. g., el bigote o la indumentaria. Derivado de lo anterior, surgió después la costumbre de identifi car a los malhechores realizándoles una marca –a hierro candente o un tatuaje– en partes visibles del cuerpo, acorde con el delito cometido. En esta etapa, resulta signifi cativo el hecho de que en algunas culturas mesoamericanas se realizaran desgastes, decoraciones o mutilaciones dentarias obedeciendo “a un imperativo cosmológico” (Tibón, 1984, p. 101), como una forma de identidad y distinción. Entre los mayas, e. g., tales alteraciones dentales intencionales consistían en un “marcador ideológico y social” (Tiesler, 2001, p. 78), que identifi caba en cierto modo a quien poseía desgastes dentarios característicos.

Desde que Cesare Lombroso diera a conocer, en el siglo XIX, sus teorías acerca de la clasifi cación de delincuentes basadas en la observación y el registro de ciertas características físicas apreciables, investigadores alrededor del mundo elaboraron las más variadas teorías para identifi car a criminales en potencia, delincuentes natos o reincidentes, mediante la apreciación y la medición de rasgos somáticos en los individuos. México no fue la excepción: con la llegada de la naciente criminología para tratar de explicar la conexión entre las conductas delictivas, el temperamento y la fi sonomía de quienes las cometían, médicos, antropólogos, sociólogos, educadores, abogados y hasta escritores se disputaban el “honor” de estudiar tales características corporales sobresalientes, relacionarlas con las teorías lombrosianas o proponer nuevas hipótesis; sin embargo, las nuevas teorías propuestas más bien tendían a criminalizar con “bases científi cas” a los grupos en clara desventaja social: los indígenas, los pobres y los alienados. Es decir: el delincuente –más si pertenecía a alguna etnia indígena y era, además, pobre– se consideraba, a todas luces, un ser patológico, criminal por nacimiento, con rasgos físicos destacables, heredables probablemente, y perfectamente identifi cables. Siendo el rostro el segmento de la anatomía que es reconocible y se muestra ante los demás, solo había que observar la cara y el cráneo de cualquier persona para “saber” si se convivía con un probable delincuente. En México, estas teorías fueron difundidas por los médicos Francisco Martínez Baca y Manuel Vergara, ambos adscritos a la penitenciaría de Puebla, México, e Ignacio Fernández Ortigosa (González, 2005, p. 582), recalcando los dos primeros, como mencionan Lagunas & Reyes (2009), “la existencia del mundo indígena” (p. 64), a fi n de justifi car la desventaja social que representaba pertenecer a un grupo étnico indígena, con su grado de criminalidad implícita, en concordancia con la ideología criminológica imperante.

En cuanto a la antropometría, “técnica sistematizada de medir y realizar observaciones en el cuerpo humano, en el esqueleto, cráneo y demás órganos, utilizando métodos adecuados y científi cos” (Comas, 1983, p. 260), esta técnica tuvo su implementación como método de identifi cación gracias al policía francés Alphonse Bertillon; sin embargo, ante lo complicado del método, poco a poco fue cayendo en desuso. En la actualidad,

Desde que

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