¿QUE SON LOS EJERCICIOS KEGEL?

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¿QUE SON LOS  EJERCICIOS KEGEL?

Los ejercicios de Kegel (o simplemente los Kegel, como muchos los llaman) tiene como finalidad fortalecer los músculos de la vagina y el perineo, mediante la contracción y relajación de los mismos, una de las grandes ventajas de estos ejercicios Kegel (los básico) es que se pueden efectuar en cualquier parte (nadie se da cuenta que están siendo realizados) y no toma mucho tiempo. Fueron creados por el Doctor Arnol Henry Kegel, un prestigioso ginecólogo norte-americano que nació en el Estado de Dakota de sur, en 1894.

Desde 1927, el Dr. Kegel (quien ya trabajaba en la prestigiosa Clínica de los Hermanos Mayo) se incorporó en la Asociación Médica de los Estados Unidos, y por esa misma fecha empezó a desarrollar todo un sistema de ejercicios físicos diseñados para la mujer embarazada. Básicamente, lo que Kegel se proponía y logro era fortalecer los músculos de la vagina y el útero, la pelvis y toda la región abdominal para así lograr un parto más cómodo, con menor esfuerzo, y el mínimo de traumas en el cuerpo del feto.

Con el tiempo, los ginecólogos que comenzaron a recomendar los ejercicios de Kegel para el embarazo comprendieron que los mismos también resultaban excelente como tratamiento para la distención de la vagina, y es probable que hoy sean millones de mujeres en el mundo entero las que dediquen horas a contraer y relajar sus esfínteres con el propósito de fortalecer los músculos vaginales y disfrutar más de los encuentros sexuales.

Ejercicios de Kegel básicos.

Los ejercicios de kegel básicos consisten sencillamente en contracciones que se efectúen dentro del abdomen y en la región pélvica, uniendo los músculos en el centro (un esfuerzo parecido al que se hace cuando se va a pujar, orinar, detectar, etc.). La palabra clave en estos ejercicios es CONTRACCIÓN.

• Ejercicios para hacer sentada.

• Sentarse en una silla  (que no tenga brazos).
• Colocar las manos en la cintura.
• Contraer los músculos del abdomen y el esfínter anal.
• Relajarse.
• Repetir esta rutina diez veces, en diferentes momentos del día.

• Ejercicios para hacer en cualquier momento.

Estos ejercicios se pueden realizar en cualquier momento del día como también se pueden realizar en cualquier lugar.

• Debe estar de pie o sentada, contraiga los músculos del abdomen, fuertemente.
• Relajar.
• Repetir el ejercicio, si es posible hasta unas 250 veces al día.
• Con los pies apoyados en el piso y sin cruzar las piernas contraer los músculos de la región pélvica (como se realizó anteriormente).
• Relajarlos lentamente y suavemente.
• Repetir este ejercicio 20 veces seguidas.

• Ejercicios para el control de los músculos de la vagina y el perineo.

En este ejercicio es muy importante para la mujer que tiene flaccidez en los músculos de la  vagina, en situaciones que afecta la vida sexual de muchos matrimonios.

• Sentarse en una silla y cruzar las piernas.
• Contraer los músculos de la región pélvica (vejiga, útero y ano) tratando de unir a todos.
• Mantener los músculos contraídos  mientras cuenta hasta tres.
• Relajar.
• Cruzar la otra pierna y repetir lo anterior.
• Repetir este ejercicio por lo menos 20 veces durante el día.

• Ejercicios para la pelvis.

Este ejercicio es conocido como la danza pélvica de Kegel, este ejercicio fortalece todos los músculos del área

• Posición inicial: sentarse en el piso, con las piernas y los pies extendidos hacia adelante.
• Colocarse las manos sobre las caderas y tratar de tocar el piso con la espalda muy lentamente pero sin llegar a recostarse en ningún momento.
• Regresar a la posición inicial.
• Repetir la rutina entre cinco y seis veces al día.

• Ejercicios de Kegel en el piso.

• Ponerse con las manos y pies así el suelo (a gatas).
• Los músculos deben formar un Angulo recto con respecto al piso.
• Balancear los músculos del abdomen y especialmente los músculos de la vejiga.
• Repetir 10 veces.

• Flexibilidad en las piernas.

• Acostarse en el piso, con las rodillas bien separadas y recogidas
• Extender las piernas hacia adelante y recógelas.
• Repetir por 5 veces.

 EJERCICIOS DE KEGEL PARA INCREMENTAR EL DESARROLLO DE LOS MÚSCULOS PERNÉALES FEMENINOS.

En las mujeres, el musculo transverso superficial del periné, el bulbo esponjoso y el esfínter externos del ano, a través de sus inserciones común con el cuerpo perineal, forman bandas que se cruzan por encima del estrecho inferior de la pelvis para sostener el cuerpo perineal como en los hombres. En ausencia de demandas funcionales relacionadas con la micción, la erección del pene y la eyaculación del hombre, estos músculos no suelen estar en desarrollo en las mujeres. No obstante, cuando lo están, contribuyen a sostener las vísceras de la pelvis, y ayudan a prevenir la incontinencia urinaria por estrés y por prolapso de las vísceras pélvicas después del parto. Por lo tanto, muchos ginecólogos y profesores de las clases de preparación para el parto recomiendan a las mujeres practicar los ejercicios de Kegel ya que en estos ejercicios se aprende a utilizar los músculos perineales, por ejemplo, con interrupciones sucesivas de la micción. Las clases de preparación para el parto enfatizan el aprendizaje de las contracciones y relajación voluntaria de los músculos perineales; de esta forma, las mujeres están preparadas para resistir la tendencia a contraer la musculatura durante las contracciones uterinas, facilitando el pasaje del feto y disminuyendo la probabilidad de desgarro de los músculos perineales.  Moore, k; Dalley, A. (2006).

Los músculos del piso pélvico son encargados de soportar el útero, la vejiga, el recto y el intestino delgado, también se conoce como los "músculos de Kegel", fueron descritos por primera vez en 1948 por el doctor Arnold Kegel, un ginecólogo que inventó una serie de ejercicios como un tratamiento no quirúrgico para la relajación de los genitales. Al incorporar los ejercicios de Kegel como rutina diaria puede mejorar la vida sexual y evitar los problemas del piso pélvico, tales como la incontinencia urinaria intestinal.

Se deben practicar los ejercicios de Kegel para fortalecer los músculos pélvicos y mejorar el tono vaginal, debe ejercitar esa zona del cuerpo cada vez que se acuerde.

• Apretar y relaje repetidamente los músculos que contraería para retener la orina, hasta 10 segundos
• 25 veces por sesión o bien cada vez que orine
• Inicie y detenga intermediamente la emisión
• Reteniendo la orina 10 segundo cada vez (Nachtigall, Nachtigall, Rattner, 2000).

INCIDENCIA DE LA INCONTINENCIA URINARIA EN MUJERES EMBARAZADAS DE ENTRE 25 Y 29 AÑOS

La IU es una patologia que afecta a todos los grupos de población, a todas las edades y a ambos sexos. A pesar del considerable impacto sobre la calidad de vida de las personas que la padecen, tan sólo un 20% de los afectados busca ayuda médica, lo que puede conducir a subestimar su prevalencia; de ahí las grandes diferencias que existen según diferentes autores. En un estudio epidemiológico realizado en Centro de Salud Canal de Panamá, la prevalencia global de IU en personas mayores de 65 años de edad y no institucionalizadas fue del 15%, afectando más a las mujeres (16,1%) que a los varones (14,5%); fue evidente también el incremento de la IU con la edad, duplicándose en los mayores de 85 años (26%) (Juarranz,2002)

La incontinencia urinaria afecta a millones de personas, principalmente a la mujer. Algunos estudios estiman que en Valencia, España la incontinencia afecta a más de dos millones de personas, de los cuales el 75 % son mujeres y el 25 % son hombres. La prevalencia aumenta con la edad, de manera que si al principio de la vejez existe un predominio de la incontinencia femenina, a partir de los 80 años las cifras tienden a equipararse. La mujer con incontinencia urinaria tiende a ocultar el problema al considerarlo como algo inevitable propio de la vejez. El resultado es que un gran porcentaje de incontinentes no consulta al especialista hasta que surgen complicaciones insalvables. Se especula que un porcentaje elevado de casos tendría solución si se detectara precozmente el diagnóstico, lo cual facilitaría el establecimiento adecuado del tratamiento. (Valverde, 2016). La IU no es un proceso de riesgo vital, pero deteriora significativamente la calidad de vida de los pacientes, limita su autonomía y reduce su autoestima. La afectación de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) por la IU puede incluso ser mayor que la provocada por algunas enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial.

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