SUBALTERNIDAD
BORSGAUBAN9 de Junio de 2012
9.581 Palabras (39 Páginas)484 Visitas
Este texto es una introducción a una colección de textos sobre la relación entre el subalternidad y la representación. Beverly resume: ¿Qué es la subalternidad? ¿Cuál relación tiene con la representación? ¿Que son los Estudios Subalternos? ¿Cuáles autores, textos, y movimientos son importantes para los Estudios Subalternos de hoy? En lo que sigue, intento resumir a su texto. Información de fondo
Beverly explica que “los Estudios Subalternos” estudian “el poder” y quien lo tiene, no lo tiene, lo gana, y lo pierde; también estudian “la representación” y cuales representaciones tienen “hegemonía ” (23). “El subalterno” significa lo que no puede “hablar” en una forma que se puede oír dentro de un discurso hegemónico. Berely argue que “los estudios subalternos” deben estudiar “la dificultad de representar al subalterno” dentro de representaciones “de la academia.” Según lo que Beverly lee en Spivak, el subalterno no se puede ser representado en el saber académico, porque el subalterno se define como lo que no se puede representar en el saber académico: el “saber (de la academia) es una practica que produce . . . la subalternidad” (23). “La otrificaciòn” (proceso de producir un “otro”) de lo subalterno tiene que ver con los “estudios de área”, porque en los estudios académicos, una “área” denomina un lugar donde se encuentra lo subalterno (Saìd llama este estilo de pensamiento “Orientalismo.”) Beverly quiere que su libro funciona como una contribución para una crítica (tal vez una deconstrucciòn?) del saber acadèmico, lo que (a) intenta representa al subalterno latinoamericano y (b) intenta representar a Latinoamérica como subalterno. Nota que “la representación” (como dice Spivak) significa ambos “hablar sobre” y “hablar por” (25).
Historia del autor, su relación con otros grupos, y su propio proyecto
Beverly describe que él y su amigo habían estado escribiendo un libro arguyendo que la producción de la literatura es una “práctica ideológica” (26), pero su libro fracasó, y él empezó a trabajar en los “estudios subalternos” latinoamericanos.
Él siente una “afinidad” (28) con los Estudios Subalternos de Asia del Sur porque ambos grupos se enfoquen en el “fracaso histórico de la nación para llegar a su realización (29)” que en Latinoamérica significa el fracaso de “la izquierda revolucionaria” (29). Entonces, Beverly envisa el proyecto de su grupo como “una intervención en las relaciones que producen dominación y subordinación”(29); por ejemplo, una problemitizaciòn del concepto de “la nación” como algo propuesto por “las èlites criollas”(30). Ambos grupos problemitizan “la crìtica postestructuralista ” (30). Pero en Asia del Sur, (según el autor), los acadèmicos del grupo han movidos desde la historia hacia la critica literaria, mientras en Latinoamérica, han movidos desde la critica literaria hacia la historia social (30). Por ejemplo, en La ciudad letrada de Rama, la literatura latinoamericana es “implicada” en la formación de elites coloniales y postcoloniales: la literatura tiene límites en sus habilidades de representar al subalterno.
Hay otros grupos que estudian el subalterno, pero Beverly no está “contento” (32) con lo que hacen, porque le parece que los otros grupos están “preocupados con la cuestión de como acceder al subalterno desde adentro de sus respectivas disciplinas”(32), mientras èl toma el perspectivo de que “debíamos tomar en cuenta la complicidad de la academia misma—nuestra propia complicidad—en producir y reproducir la relación elite/subalterno” (33).
El escritor Gramsci, tal vez el primer escritor de los Estudios Subalternos, planteó que “una literatura popular” no puede existir porque “`los escritores` y `el pueblo` no tienen la misma concepción del mundo” (35). Ésta afirmación paralela lo Beverly ve en la historia de Latinoamérica contado por Rama. También, la idea de “cultura” en Gramsci significaba la esfera de la hegemonía intelectual. Pero ahora, Beverly cree que “la cultura tiene gestión” (37) y hay una “nueva centralidad de la cultura y la `identidad`,” (39) aunque hay que cumplir con el argumento de Gramsci para “desplazar una `culturizada` concepto de la cultura” (39) (el concepto de que “cultura” = “alta cultura.”)
Entonces, Beverly cree que los Estudios Subalternos deben ser vistos como el proyecto de “escuchar al pequeña voz de la historia” (Guha) (39); y resistir o complicar “metanarrativas” (39) Los Estudios Subalternos tienen una relación con “los estudios postcoloniales” en cuanto al concepto de la “hibridez” de la identidad, a pesar de que Achurar y Moraña plantean que (1) los estudios subalternos y postcoloniales son norteamericanos en origen, después aplicados a Latinoamérica; (2) ambos ignoran que los intelectuales latinoamericanos también son capaces de criticar a sus mismos proyectos; (3) concebir a América Latina como subalterno puede dañar la identidad desarrollándose de América Latina (41-43).
Beverly cree que los miembros de los Estudios Subalternos comparten, a pesar de sus diferencias internales, una preocupación por las relaciones desiguales entre las academias del América del Norte y América del Sur; una preocupación con el “arielismo” de Amèrica del Sur proviniendo de la idea que cultura = alta cultura; y la idea de “una desplazamiento de la autoridad hermenéutica a la recepción popular” (43-44).
También nota que hay una crítica entre el grupo mismo: Mallon, en “The Challenge and Dilemma of Latin American Subaltern Studies”, dice que los estudios subalternos no tienen suficiente enfoque en la historia en si misma (trabajos de campo, investigaciones de los archivos, etc.). Su pregunta es: se puede representar al subalterno desde la academia institucional? Es una “ansiedad `marxista`” porque, segùn Guha, en su modelo hay “dos `dominios,` la èlite` y el `subalterno`, estructuralmente conectado por la categoría de `dominaciòn` “(47). Beverly cree que los Estudios Subalternos son un proyecto “del marxismo más que un proyecto marxista” (48), porque hay lugares dentro del los estudios subalternos para personas con diferentes agendas políticas. Tambièn, los Estudios Subalternos son “postnacionales”(50) en que critican la idea de la nación.
Concluye con proponer: “El subalterno es una `identidad`“ (51).
Beverly, John. “Introducción.” Subalternidad y representación. Iberoamericana, Vervuet, 2004.
SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS ESTUDIOS CULTURALES John Beverley
Todos sentimos la tentación o la necesidad de hacerlo, pero ¿dónde estamos exactamente cuando comenzamos a caminar sobre el nuevo terreno de los estudios culturales? Sabemos que estamos saliendo de un impase disciplinario, pero ¿cuáles son los obstáculos o problemas nuevos que encontraremos en el camino? ¿Cuáles son los límites y las limitaciones del campo? ¿Qué antagonismos u disonancias operan en su interior?
En lo que sigue, quiero aproximar una respuesta a estas preguntas. Comienzo con unas reflexiones sobre el proyecto del “Birmingham Centre for Cultural Studies" de Inglaterra, que en cierto sentido fue el modelo fundador de la idea de estudios culturales como un nuevo espacio disciplinario; pasaré luego a una discusión de las tensiones o contradicciones de perspectiva latentes dentro del proyecto, con unas observaciones en particular sobre la relación entre los estudios culturales y lo que se ha venido a llamar estudios subaIternos; terminaré con una discusión del proyecto de Néstor García Canclini, que me parece la articulación más importante y de más influencia de los estudios culturales en el ámbito latinoamericano. Me preocupa sobre todo el tema de lo que el jamaiquino Stuart Hall, uno de los integrantes más importantes de la Escuela de Birmingham, ha llamado la "vocación política" de los estudios culturales.
La Escuela de Birmingham tenía dos componentes teóricos: uno era el tipo de trabajo que hacían los historiadores asociados aI marxismo inglés, por ejemplo el libro esencial de E.P. Thompson, The Making of the English Working Class, o la sociología desarrollada durante el periodo de gobierno del partido laborista, representada sobre todo por Raymond WiIliams. Se trataba de redefinir la manera en que se había pensado en la relación entre superestructura y base en el marxismo tradicional. Thompson, por ejemplo, quería entender la forma en que la clase obrera inglesa no sólo fue constituida "pasivamente", si se quiere, por las relaciones de producción capitalistas, sino también cómo se constituye a través de su cultura como un sujeto colectivo consciente de sí mismo, como un sujeto de la historia, en otras palabras. "Williams proponía el oxímoron aparente de un “materialismo cultural" –cultural materialism- para designar el estudio de los sistemas de significación que producen y mantienen subjetividades y valores.
El otro componente de Birmingham fue el impacto del pensamiento estructuralista y posestructuralista sobre las ciencias sociales y la crítica literaria –particularmente la noción de sistema semiótico como formadora de sujetos sociales-. El texto clave en este sentido fue quizá "Notas sobre ideología y los aparatos ideológicos de estado" de
Althusser. El entrecruzamiento, a veces contradictorio (porque involucraba nociones de sujeto y "agency" o poder de gestión en cierto sentido opuestas) de estos dos componentes fue esencialmente lo que produjo la Escuela
...