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Servicio Comunitario

poderdedios24 de Abril de 2014

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INTRODUCCIÓN

El Trabajo que presentamos a continuación tiene como finalidad despertar la necesidad de la realización de un trabajo especializado de detección, investigación e intervención sociocultural, teniendo un sentido de pertenencia e identificación con su comunidad.

También busca que nos involucremos y participemos activamente en los asuntos de nuestra comunidad y en la solución de los problemas que en esta se presenten, en donde podamos facilitar la afirmación y construcción de la identidad personal y social, la apreciación y creación de valores éticos y estéticos y el despliegue de la creatividad, la comunicación y la participación social.

En este sentido, estudiantes, obreros, trabajadores y empresarios, deben contribuir en alguna medida, con los entes del Estado para resolver situaciones problemáticas y satisfacer necesidades de la población, cumpliendo así con lo expresado en el preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, referido a la construcción de una “sociedad democrática, participativa y protagónica”

Por tales motivos desglosaremos los siguientes puntos en el presente informe:

1.-La Comunicación y entorno comunitario

2.- El Promotor Social: Clave del éxito en todo proyecto. Saberes y Haceres.

3.- Momentos del Diagnostico Participativo

4.- Definición de Aprendizaje - Servicio, e Investigación - Acción.

1.-COMUNICACIÓN Y ENTORNO COMUNITARIO

Toda actividad humana está fuertemente influenciada por su ubicación en los territorios y su permanente interacción con las comunidades vecinas. La aprobación o negación de una licencia, los permisos y otros factores de sostenibilidad de las operaciones y los negocios, se ven directamente influenciados por el entorno. Por lo tanto, buena parte de los resultados y la reputación de las instituciones dependen de construir relaciones armónicas y transparentes, basado en reciprocidad y confianza con las comunidades locales. Sea que se trate de un banco, un centro comercial, un concesionario, una clínica, entre otros., todos necesitan profundizar, extender y fortalecer las relaciones con el entorno inmediato.

Para lograr resultados positivos en esta materia, es preciso comprender que todas las comunidades locales tienen intereses propios y particulares, y puede girar en torno a la seguridad, la convivencia, el medio ambiente, los servicios públicos, la satisfacción de necesidades básicas, entre otros aspectos de tipo político, económico, social y cultural.

Por eso, las organizaciones deben enfocar sus esfuerzos en implementar planes, programas y proyectos responsables, sostenibles y pedagógicos que faciliten a las comunidades gestionar el mejoramiento de sus condiciones de vida. Pero estas acciones de responsabilidad y de compromiso social son inocuas si no van acompañadas de estrategias contundentes y transversales de comunicación comunitaria para involucrar y comprometer a los actores sociales en el logro de los objetivos propuestos.

Como bien lo afirma Michael Porter, las organizaciones son ciudadanas corporativas, deben desarrollar estrategias sociales responsables con impacto para alcanzar la licencia social para operar.

Hoy más que nunca las instituciones, sean públicas o privadas, deben ser conscientes de su responsabilidad en la transformación de los problemas en las áreas de influencia, sólo así podrán construir buenas y largas relaciones con las comunidades. Para esto se hace necesario entender su naturaleza o contexto, identificar las necesidades y “hablar” en su mismo lenguaje. Este proceso incluye la elaboración de contenidos; manejo de medios comunitarios; relacionamiento con autoridades regionales y locales; inteligencia social (monitoreo de entorno, rumores, comportamientos y motivaciones; y manejo de crisis con comunidades), entre otros factores.

Las relaciones de cooperación con las comunidades dependen del compromiso, la voluntad y el interés genuino en transformar las realidades, y la comunicación comunitaria se convierte en un elemento central.

LAS ORGANIZACIONES COMUNITARIAS Y LA COMUNICACIÓN

¿Qué aportan las organizaciones comunitarias al debate sobre la aplicación de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?

Radios comunitarias, periódicos barriales, centros culturales, murgas, grupos de teatro comunitario han sabido instalar, en contextos de crisis y pobreza, otras voces que rompen los discursos monocordes de los medios de comunicación tradicionales.

Las organizaciones y movimientos sociales, que recuperaron fuerza y centralidad en estos años, han sido –en recurrentes ocasiones– estigmatizados. Discursos dominantes que deslegitiman estas experiencias organizativas por su procedencia popular, su apuesta política, los recursos que administran o simplemente por su relación con el Estado. El tratamiento mediático sobre la Fundación Madres de Plaza de Mayo en estos días es un caso testigo, entre muchos otros.

Sin embargo, estas prácticas han generado respuestas desde los sectores más vulnerables de la sociedad para enfrentar las consecuencias más agudas del proceso de empobrecimiento y marginación de amplios sectores de la población. Resulta necesario neutralizar las visiones que se construyen sobre estos actores colectivos desde los centros de poder. Pero ¿cómo debatir públicamente sobre el papel que cumplen estas organizaciones desde una relación tan asimétrica?

Sin dudas, la debatida Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual constituye, a su vez, un logro y una oportunidad para crear nuevas y múltiples voces. Una polifonía que refleje el extendido y variado universo de experiencias y prácticas sociales que se desarrollan en los “márgenes” de la sociedad.

Pero otro aspecto, menos visible, es el papel que cumplen organizaciones y movimientos sociales para intervenir en los micro procesos de comunicación a nivel local, barrial o comunitario. Democratizar la información, generar nuevos canales de participación, construir opiniones y tomar colectivamente decisiones implica (re)pensar la comunicación en un sentido eminentemente político. Resulta necesario para (re)ligar lo que han desgajado décadas de neoliberalismo y resabios dictatoriales. Volver a unir el tejido social dañado por un modelo económico desigual y excluyente, prácticas políticas asfixiantes, manipulaciones, frustrados intentos de participación que son moneda corriente en los barrios populares.

Las organizaciones representan en sí mismas un proyecto de comunicación. Su propia existencia expresa la necesidad de “decir algo” y ha sido el Estado su principal interlocutor. La toma de tierras, las demandas por asistencia alimentaria y planes sociales, las acciones socioeducativas que desarrollan, las reivindicaciones de justicia frente a hechos de violencia se han cristalizado en diferentes formas de organización comunitaria a partir de una historia en común, una cultura compartida y diversas formas de solidaridad.

Las organizaciones pueden ser un poderoso instrumento de comunicación con capacidad para transformar su entorno y condiciones de vida en la medida en que puedan re-significar sus prácticas y ser progresivamente cada vez más inclusivas.

Su potencialidad política se expresa a partir de una forma de sociabilidad firmemente arraigada en los sectores populares por relaciones primarias de vecindad y parentesco, una forma de trabajo no mercantil para satisfacer diversas necesidades sociales y una inserción territorial que resulta estratégica.

Las organizaciones producen significados, símbolos, mensajes –todas lo hacen de una u otra manera–, y en ese proceso van descubriendo su capacidad de intervenir en el espacio público. Este “descubrimiento” impacta decisivamente en la subjetividad de los militantes sociales y sus formas de organización y, a su vez, abre las puertas para otras formas de relación con su comunidad.

Desde las ciencias sociales es posible contribuir a la recuperación de la palabra por parte de los sectores populares e intervenir conjuntamente en los debates públicos con renovada fuerza. Esta capacidad estará basada –entre otros factores– en el surgimiento y consolidación de nuevos medios de comunicación comunitarios pero, fundamentalmente, en el fortalecimiento de actores sociales con un proyecto político común que disputen el rumbo y sentido de la sociedad en la que vivimos. Este es el desafío.

LOS MEDIOS DE COMUNICACION COMUNITARIA.

Esas modalidades de utilización de los medios de comunicación en dos sentidos han recibido el nombre de “comunicación comunitaria” o “medios de comunicación comunitaria”.

Ya antes se habían empleado términos similares para designar la programación destinada específicamente a determinados grupos, por ejemplo, los étnicos o los minoritarios o los que tienen necesidades o intereses especiales. Con la salvedad de esta orientación deliberada, no han cambiado gran cosa los procedimientos de producción, los temas son escogidos del mismo modo, por profesionales de la comunicación, y apuntan a atender las necesidades e intereses aparentes del público.

Pero la comunicación de carácter comunitario ha de ser algo más que una programación concebida para grupos seleccionados o especiales. Aspira a basarse en algo más que en las necesidades e intereses supuestos de su público. Los medios de comunicación comunitaria son una adaptación de los medios de comunicación en general, para su uso por la comunidad y para cualquiera de los

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