Un Cuentito Mas

RESUMEN PARTE I Y II

“MÉTODOS” PARA LA INVESTIGACIÓN JURÍDICA: ¡UN CUENTO MÁS!

El texto primero empieza narrando lo siguiente:

Cuando el Decano de nuestra Facultad me pidió poner al alcance de ustedes unos “métodos” para la investigación jurídica, mi respuesta fue: “¿Imposible! No puedo venir a enseñarles tales métodos, sencillamente porque no existen, nunca nadie los descubrió. Los libros y los artículos sobre métodos de la investigación jurídica, te dicen algunas cositas, aplicables o no, pero que no van al eje mismo de la cuestión. Lo que me importa hacerles ver: donde está el centro de lo concerniente a la investigación, o sea, lo que ustedes no van a encontrar en esos manuales.

Pregunta básica, noción de lo que es método.

¿Dónde y cuándo han funcionado, si es que han funcionado, esos métodos, para las investigaciones jurídicas reales? Empecemos por tratar de aclarar la noción misma de “método”. Es dicho más o menos técnicamente como:

Un conjunto de paso preestablecidos que señalan algunas reglas de procedimiento, de modo tal que, cumpliendo esos pasos de la manera que indican esas reglas, se llega al mismo resultado, sea quien fuere el ejecutor de este procedimiento (suponiendo que lo conozca bien, claro está). Y unas fórmulas más o menos esforzadas para llegar a resultados seguros, eso sería un método jurídico (si lo hubiera). Pero ¿hay métodos para el pensamiento jurídico? Los pasos del “método” jurídico pueden efectuarse en formas bastante diferentes, según la inteligencia de la persona, sus variados conocimientos, etcétera. Y si a eso se le quiere llamar “método”, ¿Quién puede prohibirlo? En síntesis: el termino método (científico) significa, en sentido propio (estricto), que se dispone de unos pasos predeterminados de modo neto para arribar uniformemente a los resultado apetecidos “Investigar”.

Una investigación no tiene sentido si no es para arribar a alguna novedad, es para aportar algo nuevo y con interés para ciertos renglones del conocimiento. El resultado perseguido en una investigación, no ha de ser banal sino relativamente novedoso. Cuando uno dice novedad, se trata de que el resultado consista en algo que no es bastante conocido en la rama académica respectiva; o al menos sea dudoso, discutido, y que entonces usted venga a aportar elementos importantes que no estaban ya fácilmente a mano. Mas para todo lo que es investigación en serio, no se dispone de método en sentido propio. Nunca nadie los descubrió, no existe semejante recetario de abracadabras.

Ahora bien, ¿Por qué se busca amparo en semejantes mitologías? Hay dos motivos claves para esa huida hacia el reino de múltiples sistemas de palabreríos. Estos motivos son básicamente: a) obsesión por recostarse en determinada comodidad mental, pereza del pensamiento; b) y el afán de seguridad. Comodidad e ilusión de seguridad. Si a uno le dicen de antemano todo lo que necesita hacer, entonces se evita la molestia de tener que andar pensando mucho. Triunfo de la pereza mental: no reflexionar, no analizar. Hemos visto que la noción propia de método se refiere a seguir ciertos pasos de una manera unívoca para llegar a resultados firmes prefijados. Investigar no es poner en movimiento unas conductas mentales más o menos “mecánicas”, sino actividad de la inteligencia. Consiste, por encima de todo, en saber PENSAR.

Condiciones del investigador en serio:

La calidad de la producción intelectual, depende del: DESARROLLO EXIGENTE DE LA INTELIGENCIA, ¡en si misma! También es indispensable preocuparse por ESTUDIAR MUCHO, leer mucho, pensar mucho. La inteligencia se desarrolla de esa manera, hasta donde pueda irse desarrollando, en un proceso permanente, de larga duración. Al fin de cuentas, la clave de las capacidades para investigar está en la inteligencia de cada quien; pero inteligencia basada en, y fomentada por, una preparación intelectual previa que sea de veras exigente. Asimismo es fundamental, saber enfrentarse a lo que son las “celdas” que nos tiende el lenguaje. Lograr acostumbrarse a percibirlas y ver las distintas posibilidades de corregirlo en cada caso. Son los puntos clave para poder investigar provechosamente: la inteligencia personal, estudio severo durante muchos años y tomar conciencia de los obstáculos al conocimiento.

El punto clave de las investigaciones valiosas suele ser el enfrentarse a algunos pre-juicios, desnudar unos obstáculos a un conocimiento mejor de la cuestión considerada. Cuando investigan, ustedes someten a duda una manera común

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