Adultez Emergente - Arnett

Adultez Emergente - Arnett 

La adultez emergente es propuesta como una nueva concepción del desarrollo para el período de la adolescencia tardía durante los años veinte, con una atención a años 18-25. Un marco teórico es presentado. Luego, pruebas son proporcionadas para apoyar la idea de que la adultez emergente es un período distinto demográficamente, subjetivamente, y en términos de exploraciones de identidad. Se explica cómo la adultez emergente se diferencia de la adolescencia y la adultez joven. Finalmente, un contexto cultural para la idea del surgimiento de la adultez es perfilado, y es especificado que la adultez emergente sólo existe en culturas que permiten a los jóvenes un período prolongado de exploración de roles durante la los últimos años de la segunda década (18-19) y los años veinte. 

Cuando nuestras madres eran de nuestra edad, ellas estaban comprometidas.... Ellas al menos tenían una cierta idea de lo que iban a hacer con su vidas.... Yo, por el contrario, tendré una doble titulación en disciplinas que son ambiguas en el mejor caso y en el peor, poco prácticas (inglés y ciencias políticas), ningún anillo en mi dedo y ninguna idea de quién soy, mucho menos de lo que quiero hacer.... Bajo presión, tengo que admitir que este es un momento muy emocionante. A veces, cuando miro hacia fuera a través de la amplia extensión que es mi futuro, puedo ver más allá del vacío. Me doy cuenta de que el no tener nada por delante con que contar significa que tengo que contar conmigo misma; que no tener ninguna dirección significa forjarme una propia. (Kristen, de 22 años de edad, 1999, páginas 18 a 20).

Para la mayoría de los jóvenes en los países industrializados, el periodo de los 17-19 años y a través de los años veinte, son años de profundos cambios e importancia. Durante este tiempo, muchos jóvenes obtienen el nivel de educación y de formación que proporcionará la base para sus ingresos y logros profesionales, para el resto de su vida laboral para adultos (Chisholm y Hurrelmann, 1995; Comisión Fundación William T. Grant sobre el trabajo, Familia y Ciudadanía, 1988). Es para mucha gente un tiempo de cambio frecuente ya que se exploran diversas posibilidades en el amor, el trabajo y visiones del mundo (Erikson, 1968; Rindfuss, 1991). Al final de este período, a finales de los años veinte, la mayoría de la gente ha tomado decisiones de vida que tienen ramificaciones duraderas. Cuando los adultos consideran más tarde los acontecimientos más importantes de sus vidas, lo que nombran más a menudo son acontecimientos que tuvieron lugar durante este período (Martin & Smyer, 1990).

Extensos cambios demográficos han tenido lugar durante el último medio siglo que han hecho que los últimos años de la segunda década de vida (17-19) y principios de los años veinte no sean simplemente un breve período de transición hacia roles adultos, sino un período distinto del curso de la vida, que se caracteriza por el cambio y la exploración de posibles direcciones de la vida. Tan recientemente como en 1970, la edad media del matrimonio en los Estados Unidos era de aproximadamente 21 para las mujeres y 23 para los hombres; antes de 1996, se había elevado a 25 para las mujeres y 27 para los hombres (Oficina del Censo de EE.UU., 1997). La edad del primer parto ha seguido un patrón similar. Además, desde mediados de siglo, la proporción de jóvenes estadounidenses que reciben educación superior después de sus estudios secundarios ha aumentado considerablemente desde el 14% en 1940 a más del 60% a mediados de los años 1990 (Arnett y Taber, 1994; Bianchi y Spain, 1996). Cambios similares han tenido lugar en otros países industrializados (Chisholm y Hurrelmann, 1995; Noble, Cover, y Yanagishita, 1996).

Estos cambios a lo largo del último medio siglo han alterado la naturaleza del desarrollo en los últimos años de la segunda década de vida (17-19) y los tempranos años veinte para los jóvenes en las sociedades industrializadas. Debido a que el matrimonio y la paternidad se retrasan hasta mediados o finales de los veinte para la mayoría de la gente, que ya no es mas normativo que los últimos años de la segunda década de vida y los primeros años veinte sean un momento de ingresar y establecerse en roles de adulto de largo plazo. Por el contrario, estos años son más típicamente un período de frecuentes cambios y exploración (Arnett, 1998; Rindfuss, 1991).

En este artículo, propongo una nueva teoría del desarrollo desde finales de la adolescencia a través de los años veinte, con un enfoque en edades entre 18 y 25 años. Yo argumento que este periodo, la adultez emergente, no es adolescencia ni adultez joven, sino que es teóricamente y empíricamente distinto de ambos. La adultez emergente se caracteriza por una relativa independencia de los roles sociales y de las expectativas normativas. Habiendo dejado la dependencia de la infancia y la adolescencia, y sin haber asumido aun las responsabilidades duraderas que son normativas de la edad adulta, los adultos emergentes suelen explorar una variedad de posibles direcciones en el amor, el trabajo y visiones de mundo. La adultez emergente es una época de la vida en que muchas direcciones diferentes siguen siendo posibles, cuando pocas cosas acerca del futuro se han decidido de manera definida, cuando el ámbito de la exploración independiente de posibilidades de vida es mayor para la mayoría de la gente de lo que será en cualquier otro período del curso de la vida.

Para la mayoría de la gente, los años entre el final de la adolescencia y los años 20 son los años de mayor libertad para elegir. Sin embargo, las influencias culturales estructuran y a veces limitan el grado en que los adultos emergentes son capaces de utilizar estos años de esta manera, y no todos los jóvenes en este periodo de edad son capaces de utilizar estos años para la exploración independiente. Al igual que la adolescencia, la adultez emergente es un período del curso de la vida que se construye culturalmente, no es universal e inmutable. 

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