“CONTRA EL DESAMPARO”

Materia: Sujetos de la educación de Adultos

Profesora: Veronica Veron

Alumno: Diego Ferrante

Fecha: 17/04/2021

“CONTRA EL DESAMPARO” Perla Zelmanovich

Leer el Texto y luego realizar una síntesis del mismo.

Luego de leer el texto, podemos hacer una síntesis que el sistema en el que vivimos, entre sus aspectos mas negativos, tiene una particularidad y es la de replicar distintas desigualdades a lo largo de la vida de las personas, pero esto principalmente se inicia en la infancia.  Perla menciona en su texto el desamparo y lo define como  la “falta de recursos para subsistir”, a la falta de comida, de techo, de salud, de seguridad, se suman la fragilidad y la inconsistencia de los discursos que sostienen el vinculo social. Para poder reconocerlo, darle lugar y tender herramientas para revertirlo es necesario principalmente visibilizarlo, dándole al sujeto, la entidad de otro como tal, lo que tiene una función constituyente para el sujeto.

A los adultos en las escuelas nos cabe la función o  la responsabilidad de preservar al niño ejerciendo nuestro papel de mediadores con la realidad, de resignificarle la niñez, tanto a través de la cultura y del juego teniendo en cuenta que muchas veces ese desamparo lleva a los niños a perder esa identidad como tales, sin saber aun en que lugar se encuentran, ejerciendo roles de adultos en muchos casos. Si ellos no pueden transcurrir por estos espacios de protección, es difícil que puedan aprehender la cultura, que es mucho más que el conocimiento programático o el que se despliega en los contenidos curriculares. Lo que se juega hoy entre un educador y un alumno, para que se logre una transmisión, es el ofrecimiento de esas referencias, de esos significados que le permiten al alumno construir su diferencia, que es su propia palabra.

Esta vulneración no es solo durante la niñez, sino que se sigue replicando durante la vida. La institución escolar puede sostener algún ideal que trascienda los marcos familiares de los que el joven necesita sustraerse. Puede asumir una función de protección y de responsabilidad y contribuir con que el sujeto no quede totalmente marginado del mundo, abriéndole las puertas de la cultura. Pero para ello la escuela debe modificar sus estrategias. La escuela puede funcionar como un adulto alternativo, esto es, como un lugar propiciatorio para la construcción de la subjetividad, de la identidad, vía identificaciones, como un espacio de apoyo que puede operar como apuntalamiento del psiquismo, dando lugar a los ensayos necesarios.

Pensar en una escuela para niños y jóvenes en un marco social complejo como el actual, merece finalizar con tres consideraciones

La primera consideración es que los adultos, en estos tiempos, al estar mas vulnerables, corremos el riesgo de equiparar la vulnerabilidad de niños y jóvenes con la nuestra. Un signo de esta equiparación es la inversión de la vulnerabilidad, o sea que la vulnerabilidad del adulto es mayor que la del niño o se la ponga por delante

La segunda consideración es que esta inversión o equiparación arroje como consecuencia que el adulto deje de ofrecer a los niños y a los jóvenes su mediación para significar la realidad, con los efectos que esto puede generar, en cuanto a las dificultades para soportarla, así como acceder a pautas y normas de la cultura. Suele ocurrir que este proceso culmine con la culpabilización del niño o del joven “que no se deja educar”.

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