Charles Tilly (1998) La Desigualdad Persistente.

Síntesis explicativa:

Ante nada aclaro que desigualdad no es lo mismo que diferencia. El primer término se refiere a las relaciones asimétricas (de dominación) entre las personas o grupos.

En este sentido, en las relaciones sociales puede haber diferencia sin desigualdad.

Ch. Tilly parte del supuesto que las desigualdades sociales no se van a terminar (fundamentalmente dentro de los países capitalistas), pero que se podrían desarrollar escenarios diferentes de desigualdad, de acuerdo con el contexto histórico social.

Los diferentes escenarios que él plantea como posibles para el futuro son:

1) Más de lo mismo: en este caso las desigualdades que vienen arrastrando las sociedades capitalistas van a perpetuarse. Estas desigualdades tienen su fundamento en las diferentes trayectorias educativas de las personas, en las diferencias raciales y étnicas, en las diferencias de clase o en el poder político.

2) Balcanización: otro escenario posible para el futuro serían las desigualdades de un mundo segmentado en grupos de productores-consumidores que competirían entre sí (dentro de cada grupo se igualarían sus miembros, pero el conjunto se expondría a la ‘invasión’ de grupos más poderosos y mejor organizados).

3) Igualación material: sería el mejor escenario ya que las desigualdades actuales (ver Más de lo mismo…) se verían inhibidas por efecto de la acción gubernamental que impediría que se profundice la brecha entre categorías diferentes (por ejemplo entre clases sociales ricas y pobres) a través de la redistribución de los ingresos y recursos. Las desigualdades seguirían existiendo, pero atenuadas.

4) Nuevas categorías: podrían formarse nuevos grupos sociales que implicaran un nuevo escenario de desigualdades. El autor se refiere a: grupos fundamentalistas; movimientos sociales (ecológicos, feministas, en defensa de los animales, etc.); seguidores de nuevos líderes religiosos o políticos; grupos de ciudadanos y de no ciudadanos. La conformación de un escenario diferente por parte de estos grupos dependería del impacto que tuvieran en el escenario actual de desigualdades.

El autor considera que las desigualdades sociales no se reducirán con simples cambios de actitudes o con políticas de ‘desarrollo del capital humano’ destinadas a mejorar las capacidades individuales. Según Tilly, la única manera de reducirlas consiste en reorganizar los lugares de trabajo y otros sitios (por ejemplo las instituciones educativas) para que dejen de ‘reproducir’ las desigualdades que se dan en el seno de la sociedad, y que permitan a las personas traspasar los límites de la categoría a la que pertenece.

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