Cierta vez habían dos niños jugando un fulbito en el parque, jugaban día a día todas las tardes

Cierta vez habían dos niños jugando un fulbito en el parque, jugaban día a día todas las tardes. Al día siguiente ellos estaban jugando alegremente y con toda la adrenalina rugiente que tenían dentro, ya casi a la mitad de su pichanguita se les acercó un niño de su edad llamado Estiben, él preguntó si podría jugar con ellos, ellos rápidamente respondieron que sí, ya que eran muy amigables y solidarios. Entonces Estiben antes de jugar les preguntó sus nombres a los otros dos niños que siempre se jugaban en el parque, ellos le dijeron: mi nombre es Sergio-y el otro niño le dijo que se llamaba Carlos. Luego de varias horas de jugar, ya cansados se sentaron a conversar los tres. Cada uno de ellos contaban como era sus estilos de vida, en la cual todos tenían algo en común, era: de qué venían de una familia humilde.[pic 1]

Unas semanas después: Estiben  ya había hecho una amistad muy certera con Sergio y Carlos, y todos los días salían a jugar su fulbito. Al siguiente día hubo una segunda conversación se trataba acerca de sus sueños y ahí curiosamente descubrieron que tenían otras cosa más en común, era en qué los tres siempre anhelaron ir a ver jugar a la selección Peruana de futbol en el estadio Nacional, justamente se aproximaba un encuentro deportivo de la selección.

Tres días después, era el encuentro deportivo de la selección, Estiben-Carlos y Sergio estaban jugando como siempre, pero esta vez fueron al costado de la puerta principal del estadio. Horas después, las personas ya estaban ingresando al estadio, mientras ellos estaban descansando para luego continuar; en una de esas, Sergio se dio cuenta que a un señor qué estaba con sus hijos se le cae las tres entradas, y justamente ya se aproximaban a la puerta. Sergio corrió a recoger las tres entradas y en un momento pensó en poder entrar con esas entradas él y sus demás amigos, pero lo volvió a pensar dos veces, mientras qué é el señor con sus dos hijos estaban a punto de entrar, y el portero al pedirle sus entradas, el señor busco y busco pero no las encontraba en su casaca, estaba muy desesperado porque los demás espectadores le estaban exigiendo a que se apure; Sergio al ver eso, honestamente se le acerco rápidamente al señor y le dio las entradas. El señor le dio las muchas gracias pero no pudo compensarle más, porque ya tenía que entrar.

Al final, Sergio al haber hecho eso se sintió muy alegre, sus amigos tristes al no poder entrar, peor alegre a la vez le felicitaron pero su gran acto que había hecho. Y así conforme pasaba el tiempo ya entrenaban para un equipo profesional y claro ya se habían hecho jugadores profesionales, y de esa manera enseñaron a las demás personas que con esfuerzo y dedicación todo se puede, y resaltaron  una cosa más, que por más humildes que seamos siempre debemos poner los principales valores en práctica.

Era de noche, hacia frio, había mucha niebla, Pablo iba conduciendo su automóvil, sus ansias de llegar a su casa con su familia eran muy grandes, que tuvo que aumentar la velocidad, oyó un ruido extraño, se asustó y por accidente había atropellado a una persona, se bajó de su automóvil, noto que la persona respiraba, le tomo el pulso, no tenia, ya había muerto, se asustó y fue rápidamente a su automóvil, saco una pala y lo enterró, luego de enterrarlo, siguió conduciendo y llego a su casa.[pic 2]

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