¿Comenzó la recuperación económica en Venezuela? Ocho evidencias a favor y en contra de esta interrogante

¿Comenzó la recuperación económica en Venezuela? Ocho evidencias a favor y en contra de esta interrogante

Nombre y apellido: Julio Sifontes (OD1)

C.I: 28.512.320

En el primer trimestre de 2019 la economía venezolana caminaba al borde de la implosión. Las cuentas en divisas del gobierno estaban exhaustas, el financiamiento internacional había cerrado sus puertas, las continuas fallas eléctricas disminuían la ya baja producción de las empresas y el desabastecimiento alcanzaba niveles críticos. Solo entonces, el gobierno venezolano nadó a contracorriente del Socialismo del Siglo XXI y permitió una dosis moderada de libre mercado lo que creo una especie de burbuja económica que solo favorece a una pequeña parte del país.

El gobierno venezolano en materia económica no cambio la ley, pero dejó a un lado la aplicación sistemática del control de precios; flexibilizó el control de cambio, toleró la libre circulación del dólar y permitió que el sector privado importara sin restricciones con sus propias divisas. El tratamiento acabó con el desabastecimiento, en buena medida, gracias a los productos importados que surten las tiendas; produjo un impulso en el comercio y la industria siguió operando, aunque a la cuarta parte de su capacidad. La Venezuela consumista, repleta de petrodólares y ventas récord en vehículos, electrodomésticos, ropa de marca, calzado y celulares de última generación, permanece en el recuerdo. Por ahora, el brote verde en el comercio tiene como emblema los bodegones, los nuevos establecimientos que en las principales ciudades del país venden productos importados como cereales, golosinas, licores y frutos secos. Al mismo tiempo, en algunas ciudades del país surgen algunos restaurantes y centros nocturnos que captan clientela en el estrato de alto ingreso, que solo incluye a una décima parte de la población.

“Creo que esta burbuja puede crecer más, pero tengamos en cuenta que hay una relación relativamente estable entre el circulante de un país, lo que técnicamente llamamos el M2 y el tamaño de su economía. Si esta economía dolarizada, actualmente en gestación, llega a ser de 20 mil millones de dólares, una magnitud que luce exagerada, podríamos proyectar un PIB de aproximadamente 50 mil millones de dólares. Y Venezuela llegó a tener un PIB de 350 mil millones de dólares en su punto más alto”, según el economista Omar Zambrano.

Para argumentar lo que se podría tomar a favor de una recuperación económica según lo descrito en lo anteriormente mencionado podemos enumerar ciertas evidencias las cuales son: una flexibilización en transacciones con divisas extranjeras , la apertura de importaciones sin restricciones a muchos rubros, el abastecimiento de alimentos y productos que habían escaseado notoriamente, se ha notado nuevos emprendimiento de la población económicamente activa, tanto en servicios como en productos no usuales como consecuencia de la situación económica.

En cuanto a la flexibilidad de las transacciones en divisas extranjeras podemos observar como cada día la circulación de divisas en nuestra economía es mayor por parte de solo un pequeño porcentaje de la población creando una sensación de bienestar o de recuperación económica en el país, refiriéndonos a la menor restricciones o sanciones con respecto a las importaciones observamos la aparición de gran cantidad de bodegones los cuales venden productos importados tales como cereales, golosinas, licores, frutos secos que ayuda de igual manera tanto al consumidor como al comerciante que se esta arriesgando a ver si su dinero es mas rentable tenerlo en bancos fuera del país o invertirlo en el mercado venezolano, también notamos el abastecimiento de productos básicos en los anaqueles de los supermercados y expendio de alimentos.

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