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Humanismo y Conectividad


Enviado por   •  27 de Octubre de 2012  •  Trabajos  •  4.276 Palabras (18 Páginas)  •  313 Visitas

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Humanismo y Conectividad

La evolución de la conciencia en un mundo enREDdado. Porque hasta que no nos demos cuenta que el problema no está en el mundo sino en nosotros mismos, habrá que seguir editando

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La crisis global: la falta de conciencia

MIÉRCOLES 3 SEPTIEMBRE, 2008

tags: Cambio de paradigma, cambio epocal, Conciencia, crisis, crisis global, crisis planetaria, Espiritualidad, Evolución, evolución espiritual, ser conciente, solución al problema

Vivimos en una época de triunfos sin precedentes para la especie humana. La ciencia moderna ha desarrollado sofisticadas naves espaciales que transportan astronautas y van más allá del sistema solar, hemos roto el código del ADN y comenzado con la ingeniería genética. Ni qué hablar de Internet, la red electrónica que está transformando rápidamente el fragmentado mosaico de las comunidades humanas en una aldea verdaderamente planetaria. Sin embargo, el lado oscuro de la historia reciente es igualmente pavoroso. Sumas inimaginables de dinero se han gastado en la locura de la guerra; millones de personas han sido torturadas y asesinadas por dictaduras y regímenes totalitarios de todo el mundo. La contaminación industrial del suelo, el agua y el aire; la amenaza del cambio climático, provocado por la acción antrópica; la degradación incesante del medio ambiente; la irresponsable deforestación y envenenamiento del plancton marino, los peligros de los químicos y tóxicos en nuestros alimentos y la crisis del agua, aun en ciernes.

Mientras los países más desarrollados se van dando cuenta de que el crecimiento ilimitado es un sueño, decenas de millones de personas viven en la más absoluta miseria, mueren de hambre o de enfermedades evitables. Junto con la exuberante acumulación de la riqueza, las naciones industrializadas muestran un rápido incremento de desórdenes emocionales, suicidios y criminalidad. Puede sonar dramático, sin embargo, no es una exageración referirse a esta situación como una crisis mundial sin precedentes por la magnitud que ella conlleva.

Es cuestión de vida o muerte identificar correctamente las causas de esta peligrosa situación y encontrar remedios eficaces. Si consideramos los recursos disponibles y el avance de la ciencia, el hambre, la pobreza y las muertes provocadas por enfermedades en el mundo son absolutamente subsanables. Además de la total absurdidad de las guerras, se puede mostrar que ninguna nación se hizo más rica como consecuencia de una guerra. Lo que siempre se da es la destrucción sin sentido de recursos económicos, así como de vidas humanas. La humanidad tiene los medios y la capacidad tecnológica necesaria como para alimentar a la población de todo el planeta y garantizar un estándar de vida razonable para todos, para combatir la mayoría de las enfermedades, reorientar a la industria hacia fuentes renovables de energía y prevenir la contaminación.

Nagasaki destruida

Las negociaciones diplomáticas, las intervenciones y políticas económicas y sociales y el accionar de los organismos internacionales han surtido poco efecto y cada vez resulta más clara la razón por la que fallan. Hoy en día, mucha gente se da cuenta de que los problemas que enfrentan en realidad no son de origen político, militar, tecnológico o económico. Estos acercamientos son una extensión de las mismas actitudes que han originado la crisis mundial en un principio. A pesar de que los problemas del mundo son de otro tipo, no son más que síntomas de una condición fundamental: el estado emocional, moral y espiritual de la sociedad. Estoy absolutamente convencido de que son el resultado del actual nivel de conciencia de cada uno de los seres humanos. Por ello, la única solución efectiva y duradera para estos problemas sería una radical transformación interna de la humanidad a gran escala, y su consiguiente elevación a un nivel de conciencia y madurez más alto, superar el estado de adolescencia en el que, como especie, nos encontramos.

La tarea de crear una escala totalmente distinta de valores y tendencias para la humanidad podría parecer demasiado idealista y utópica como para brindar una esperanza de cambio. ¿Qué habría que hacer para transformar a la humanidad contemporánea en una especie de individuos capaces de convivir pacíficamente con los demás sin que importen su color, su origen, su idioma o sus convicciones políticas? ¿Cómo podría la humanidad empaparse de los profundos valores éticos, la sensibilidad hacia las necesidades de los otros y del medio ambiente y la conciencia de las urgencias ecológicas? Tal tarea parece demasiado fantástica al nivel de la utopía.

El estudio del surgimiento de la espiritualidad, así como las nuevas investigaciones de la conciencia y los nuevos tipos de psicoterapia proporcionan las pistas y la información necesarias. A lo largo de este blog he tratado de dar cuenta de los cambios que se observan en el curso de una práctica espiritual sistemática y una profunda exploración de sí. Asímismo, he procurado analizar estas transformaciones y su posible importancia para la crisis que asota al planeta. Entre las fuerzas psicológicas que caracterizan la actual condición de la humanidad y contribuyen a la crisis mundial se cuentan la utilización de la violencia, la ambición y el materialismo insaciables, y una insatisfacción habitual que tiende a producir una avidez sin límites y la búsqueda de metas al nivel de lo irracional.

Muchas personas sufren una grave falta de conciencia de que todos estamos íntimamente interconectados con la naturaleza; carecen de la sensibilidad ecológica esencial para que sigamos sobreviviendo. Todas estas características parecen ser sintomáticas de la grave alienación de la vida interior y la pérdida de valores espirituales. Quienes obtienen el acceso a las regiones profundas de la psiquis a través de diversas prácticas espirituales, psicoterapias experienciales o psicotecnologías de la atención, como las llamaba Ken Wilber, les es dada la oportunidad de descubrir las raíces de los aspectos más destructivos y autodestructivos de la naturaleza humana, y pueden sobreponerse a ellos al hacerlos totalmente conscientes. Las personas que se conectan por medio de sus vivencias a la región más prufunda de la psiquis, la dimensión transpersonal, tienden a desarrollar un nuevo aprecio por la existencia y una reverencia hacia la vida en todas sus formas.

Mejorar la aceptación de sí conduce a una mayor tolerancia hacia

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