¿CÓMO DISTINGUIR A UN INFORMANTE DE UN COMUNICADOR?

Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Comunicación y Lenguaje

Historia Social de La Comunicación

María Paula Díaz Silva

Martes, 6 de febrero de 2018

¿CÓMO DISTINGUIR A UN INFORMANTE DE UN COMUNICADOR?

Dominique Wolton (Douala, Camerún, 26 de abril de 1947) es un sociólogo francés, especialista en Ciencias de la Comunicación. Sus temas de estudio incluyen medios, espacio público y comunicación política. Es director de investigación en el Centro Nacional de Investigación Científica, donde coordina el Laboratorio de Información, Comunicación e implicaciones científicas. Entre otros libros autor de Elogio al público en general: una teoría crítica de la televisión (Ática, 1990), ¿Pensamiento Comunicación (UnB, 2004), el Internet, ¿y luego? - Una teoría crítica de los nuevos medios (Sulina, 2009) y Dile que no se está comunicando (Sulina, 2010).

En el texto de su autoría titulado ‘’Informar no es comunicar: contra la ideología tecnológica’’, Wolton plantea que la comunicación es mucho más densa que la información, puesto que, la información es el mensaje y la comunicación es la relación de este con su receptor. Según Wolton (Informar no es comunicar: contra la ideología tecnológica, 2010. Pág. 12), desvalorizar la comunicación, que cada uno busca de manera tan desesperada en su vida privada, profesional, política y social, es desvalorizarse a uno mismo, y, Por lo mismo, afirma que no existe ninguna información sin un proyecto de comunicación.

Es importante entender, que cuando hablamos de información y comunicación, no estamos hablando de dos campos antagónicos, por el contrario, ambas conforman lo que llamaríamos un equipo. Sin embargo, ‘‘el problema ya no es solo la información, sino, ante todo, las condiciones que deben satisfacerse para que millones de individuos se comuniquen, o más bien para que lleguen a convivir en un mundo en el que todos lo ven y lo saben todo’’ (Informar no es comunicar: contra la ideología tecnológica, 2010. Pág. 13), y bajo esta afirmación, podemos percibir, a su vez, el papel que entra a jugar la tecnología en un mundo en donde la información abunda, y que, además, no toda es ni buena, ni cierta.

‘’La revolución del siglo XXI no es de la información, sino de la comunicación’’ (Informar no es comunicar: contra la ideología tecnológica, 2010. Pág. 17), lo que nos lleva a preguntarnos el porqué de dicha afirmación, y es que, a través de los años, los seres humanos hemos aprendido a diferenciar lo que llamamos el mensaje, de la relación que este tiene con sus millones de receptores. Al primer término le denominaremos información, al segundo, comunicación, sin embargo, ¿Cuál es la diferencia? Para intentar ser más precisos, es necesario dar un vistazo al objetivo que cada una de ellas tiene, y en esta medida, según Wolton, nos comunicamos para compartir, seducir, y convencer (Informar no es comunicar: contra la ideología tecnológica, 2010. Pág. 20), pero ¿A quién, a nosotros mismos? La respuesta es no, buscamos lograr estos objetivos para con los demás, es decir, el receptor al cual nos estamos dirigiendo, con el fin, de obtener una respuesta y una convivencia. Por otra parte, la información se centra, única y exclusivamente, en el mensaje, hay muchos medios y distintas fuentes a través de los cuales obtenerla, sin embargo, nunca irá más allá de eso, no es sensible ni profunda en cuanto a las sensaciones del receptor.

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