Dos Palabras

es cosa muy difrcil. los niños han venido al mundo dotados p(

la Naturaleza con el instrumental bastante para el aprendizaje dI

idioma; su creciente y vigoroso afán de socializarse, los interese

gl6sicos que los dominan, su curiosidad siempre alerta, su sorprel'1

dente impulso imitativo, su constante tendencia a charlar y su in

cansable a'CIividad flsica y mental, amén de algunas otras caracf'a

rlsticas, son preciosos medios que el ma-eslro puede aprovecha

para hacer ligera y grata la tarea de enseñarl-es el lenguilje. Esf

tarea se volverá más fácil y más grata si el maestro procura planear

la cuidadosamente, señalando con precisión las melas por alcanzal

trazando y api~onando la senda por recorrer e ideando la maner

de esfimar los progresos que se vayan alcanzando.

Aunque parezca ocioso, conviene explicar que la expreSlO

h.:mguaie es usad" por nosotros comprendiendo los dos aspectos de

irlioma, el hablado y el -escrito. De acuerdo con esla aclaración, l.

enseñanza del lenguaje debe abarcar la capacilüd6n de los niño

para expresarse con correcci6n tanlo oralmente como por e~crilo.

Si se desea que esta capadtlt(i6n adquiera sobresalientes ras

gos de excelencia, debe cuidarse de que ap3r'.:?zca siempre gober.

nada, por ·al principio d·el aprendizaje por la acción, pues la expre.

si6n oral y la expresi6n escrita, como destrezas que son, sólo pueder

aprenderse har.lando y escribiendo.

la enseñanza del lenguaje oral y la del lenguaje escrito son

fundamentalmente, las cosas de que vamos él tratar en los tapitulo~

siguientes. Estas dos cuestiones, a pesar de su importancia prácti.

camente permanecieron ignoradas por la escuela- hasta ya bien en.

trado el presente siglo, como vamos a verlo en la breve noticia his.

t6rica de la evolución de la enseñanza de la maleria

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